EDITORIAL | Autor: Lic. José Luis Dranuta | 26-06-2020
Ojalá por lo menos (un diario Ãntimo en versión COVID 19)
Y Silvio nunca se fue
"Hace un año, tal vez, te hubiera deseado feliz cumpleaños, si no fuese porque el odio que agrandaba la grieta nos dejaba en orillas opuestas. Hoy, con un duelo de pandemia encima, no puedo recordar los rencores que me trajeron hasta acá." Asà comenzaba el diario Ãntimo de una de las personas contagiadas, no importa de qué ni cuando, un dÃa como estos, que se presentaba a la sazón, más especial que otros dÃas. Vivir, dibujar la elipse de una jornada habitual de cuando éramos felices pero lo ignorábamos, como dice Kevin Johansen en "Down With My Baby", es casi imposible. - SabÃa que ibas a venir, porque te lo debÃas a ti mismo -. Entonces, donde quiera que estés cumpliendo tu arresto domiciliario de vida en clave de COVID-19, y si pudieras, trata de ser feliz, al menos este dÃa. Este es tu dÃa.
"Me levanté y tenía un hermoso desayuno, servido en una bandeja, que me habían regalado por mi aniversario. Sin embargo, lo sabía, no era feliz. El hoy es una entelequia del ayer, cuando imaginábamos lo cotidiano como cotidiano, no como lo que hoy vemos que es. Extraño lo que fui, lo que fuimos, si es que alguna vez existimos en ese ayer que nos agobiaba pero que era deliciosamente cambiante. El hoy me deja sin odio, sin amor, sin ropa nueva, sin afectos, sin café en la vereda de una calle turística de mi hermosa ciudad, que antes la percibía como mediocre e insoportable".
Suena y sigue sonando Silvio Rodríguez: "Ojalá por los menos que me lleve la muerte, para no verte tanto, para no verte siempre, en todos los segundos, en todas las visiones". Tu tiempo se ha acabado, el mío no se mide en segundos, o minutos. Se mide en sensaciones, esas abstracciones que nos alejan de lo que podría haber sido.
Mañana, la fama, el éxito y el fracaso, esos dos impostores (gloria y amor), te explicarán que vivir en el presente es mejor que recordar el recuerdo. Ya no queda nada, como si fuere el eternizador de dioses del ocaso.
"La luz al final del túnel me arranca de la pesadilla, es de madrugada, un poco más tal vez. Aquí es invierno y amanece muy tarde, el frío del desamor de Cáncer, en un zodíaco que se resbala en caída libre, intentando imaginarte en una video llamada eterna, con una sonrisa pícara, como cuando me querías".
El diario íntimo de las almas que se perdieron en la nada, hace tiempo ya, regresa para decirte "Carpe Diem" y que no te quedes detenido en el pasado. Tampoco sueltes tantas amarras. Los recuerdos del futuro no son tan esperanzadores.