EDITORIAL | Autor: redacción | 04-05-2016
Radicales explicando
Gerundio
Conversar con los radicales de siempre, en la ciudad, y ver los intentos de los funcionarios de ese partido integrantes del espacio Cambiemos, tratando de explicar la gestión de Arroyo es, cuanto menos, curioso. Maoirano, Serventich, De rosa, Mario RodrÃguez, Cristina Coria, se muestran con un grado de prudencia que no es el esperable, sobre todo para una parte de la sociedad que votó por este espacio ilusionada, y ahora comienza a pedir explicaciones. Un capÃtulo aparte es Vilma, tal vez auto llamada al silencio y expectante. Ellos huelen el fracaso que se avecina pero poco y nada pueden hacer para torcer el rumbo. Como en aquellos partidos en que no se puede llegar tocando, esperan el zapatazo de cincuenta metros que sea gol. Pero no llega, al menos, por ahora.
El ideario del radicalismo se enfrenta con el desafío que constituyen sus más de 110 años de vida con sus alianzas nacionales, provinciales y locales, para administrar el poder. Los tiempos han ido cambiando, las ideas han evolucionado, la acción política ha mutado hacia nuevas formas de acumulación y de gestión, los hombres que lideran esos cambios tienen distintos perfiles, los adversarios (contra los que, circunstancialmente, el partido político se siente enfrentado y que en muchos casos condiciona su accionar, también van cambiando), lo que en conjunto demuestra que es muy difícil realizar un estudio comprensivo de tantos años de historia partidaria sin realizar los distingos necesarios para cada época, para cada protagonista.
Pero, sin dudarlo, si hay un área donde el análisis se ve facilitado, donde la investigación temporal termina en los mismos postulados es en el pensamiento social del radicalismo; en ninguna otra área de la vida partidaria se hace tan presente la línea fundadora continuada sistemáticamente en cada tramo de este siglo, aún en marcos políticos distintos, por los hombres y mujeres que han integrado y que integran la Unión Cívica Radical.
Hoy, los radicales que integran el espacio Cambiemos de Mar del Plata, saben que no están honrando el compromiso ideológico que asumieron cuando comenzaron a militar. En ese examen de consciencia es que podemos sostener una remota esperanza de cambio de Cambiemos, casí un juego de palabras, pero que de juego no tiene nada. La vida de los marplatenses y su calidad de vida está involucrada.