EDITORIAL | Autor: redacción | 23-02-2017
Deconstruyendo Mar del Plata
Nada existe
Derrida afirma que "nada existe más allá del texto" y es probable que asà sea. Tampoco podemos afirmar que nada existe únicamente en el texto. En definitiva los hechos no son el relato de los hechos ni lo que intentemos trasmitir de ellos por mucho que nos afanemos. Mar del Plata, a diario, sufre la desinformación sistemática producto de la mediocridad de sus autores. AquÃ, supongo, todos nos tenemos que hacer cargo un poco de ello. Los que integran el poder ejecutivo de la ciudad, que bajan lÃneas imposibles de descifrar, sumados a la clase dirigente, en general, harto egoÃsta y sin sentido colectivo. La gente, común, que se traslada en una elipse sin polos, que nada explica y hacia la entropÃa ciudadana ¿Quién nos gobierna hoy?¿Interesa acaso su nombre?¿Los que vienen detrás tienen algo más en la cabeza que ciento ochenta caracteres o una imagen para Instagram?
El concepto de deconstrucción participa a la vez de la filosofía y de la literatura y ha estado muy en boga en especial en Estados Unidos. Si bien es verdad que el término fue utilizado primero por Martín Heidegger, es la obra de Derrida la que ha sistematizado su uso y teorizado su práctica. Básicamente la ideaesdeshacer analíticamente los elementos que constituyen una estructura conceptual.
Nuestra ciudad es un hilo, ni siquiera conductor, a veces. Es una sucesión caótica de hechos y reclamos. Un cartonero cerrando el paso de San Martín e Irigoyen tiene la misma entidad que un bombero que combate un incendio en Brown y Salta. Un maestro que va todos los días a el Barrio Las Heras a trabajar con chicos en estado de emergencia singnifica lo mismo que un "tarjetero" de un biliche cheto de Playa Grande. Así, es muy dificil intentar el juego de lo posible, dado que no es lo mismo un agente de tránsito, aunque sea obeso y desalineado, que un infractor, por más auto importado que maneje. Las categorías de la situación los colocan en lugares distintos respecto a la administración del poder ciudadano.
El término deconstrucción es la traducción que propone Derrida del término alemán Destruktion, que Heidegger emplea en su libro Ser y tiempo. Derrida estima esta traducción como más pertinente que la traducción clásica de "destrucción" en la medida en que no se trata tanto, dentro de la deconstrucción de la metafísica, de la reducción a la nada, como de mostrar cómo ella se ha abatido.
Sin pretender aburrirlos más, digamos que si el intendente es reemplazado por un funcionario de provincia que viene un par de días a tomar decisiones, su función se reduce a la nada. Entonces, la de sus secretarios y subsecretarios también. En todo caso no hubo ni habrá deconstrucción posible de esa realidad. Solo habrá impuestos y tasas para seguir sosteniéndola, aún cuando su origen esté viciado de nulidad y sea anti democrático.