En un claro mensaje de "madurez política", el intendente Arroyo oficializó su lanzamiento de campaña a la intendencia 2019, fiel a su estilo, tirando con munición gruesa a su rival de 2015; Gustavo Pulti. Claro que importa poco los argumentos que vinieron después, de relativa valía: el epíteto, como forma de hacer política, el acto de prepotencia, personalista, casi vandálico y caprichoso, marcó la forma de este gobierno en los últimos cuatro años. De hecho, la administración de Pulti, con la que tuvimos fuertes cruces en su momento, fue interpelada por la justicia y nada, hasta ahora, pudo ser comprobado. De modo que un insulto, en todo caso, solo suma más desazón a un cuadro político vergonzoso, sin rumbo, que le sumó mucho dolor a las ciudades de Mar del Plata - Batán y que, aunque tuviese razón en alguno de sus argumentos, mostró el aberrante costado que odiamos de los gobernantes todos los marplatenses, sin excepción.