Educación | Autor: Redacción | 03-05-2015
Cyberbullying, ciberacoso en los niños
GuÃa práctica para adultos
Esta guÃa es una adaptación contextualizada realizada por Jorge Flores y Manu Casal para el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación. Temas como hostigamiento, exclusión y son parte esencial para entender esta realidad compleja que preocupa hoy en dÃa.
Conocer las distintas formas del ciberacoso, hostigamiento, exclusión y manipulación por parte del agresor es esencial para poder prevenierlas y gestionarlas.
El ciberacoso puede definirse como la acción de llevar a cabo “amenazas, hostigamiento, humillacion u otro tipo de molestia realizadas por un adulto contra otro adulto por medio de tecnologías telemáticas de comunicación, es decir: Internet, telefonía móvil, correo electrónico, mensajería instantánea, juegos online, redes sociales, etc.”
El cyberbullying es un caso de ciberacoso aplicado en un contexto en el que únicamente están implicados menores y supone uso y difusión de información de datos difamatorios y discriminatorios a través de dispositivos electrónicos como correos, mensajería instantánea, redes sociales, mensajería de texto o la publicación de videos y/o fotos.
La discriminación en el ámbito de Internet se condice con lo que consideramos discriminación en un espacio “offline”. Por ende, “es discriminatoria toda distinción, restricción, o preferencia basada en motivos de una supuesta raza, religión, nacionalidad, ideología, opinión política o gremial, sexo, posición económica, condición social o caracteres físicos que tenga por objeto abular o menoscabar el reconocimiento y ejercicio en condiciones de igualdad de los derechos humanos y libertades fundamentales en las esferas políticas,
económicas, sociales, culturales o en cualquier otra esfera de la vida pública”.
Si bien el cyberbullying tiene grandes semejanzas con el bullying, es importante conocer los rasgos propios de este tipo de acoso para reconocer sus reales dimensiones y particularidades.
Viralización: Los menores en muchos casos no tienen noción sobre el alcance que puede tener una publicación. Internet produce una expansión de contenidos provocando que desconocidos o personas ajenas al grupo primario accedan a la publicación realizada. Cuando se sube una información, se pierde el control sobre quién lo comparte o guarda y por ende, de cuántas personas conocen lo que decimos sobre otro. Esto causa mayor perjuicio en el acosado ya que la información difamatoria se viraliza fuera del círculo conocido, potenciando el daño a la imagen.
No hay dereho al olvido: Internet no ofrece este derecho y por ende, por más que se borre lo publicado, si otra persona ya la guardó, la información seguirá reproduciéndose.
Por otro lado, los registros de navegación guardan datos, provocando que no haya seguridad respecto de que la información desaparezca. Esto hace que el daño causado en el acosado no tenga un final establecido y continúe reproduciéndose.
Falsa sensación de anonimato: Internet puede invitar a participar del acoso a personas que no lo harían en fora personal. La falsa sensación de anonimato genera una también falsa sensación de minización de la agresión. Esto causa que más personas se sumen al acoso, agrandando el círculo de discriminadores.
Existen diversos dispositivos de hostigamiento: La web ofrece medios variados para realizar el acoso, como por ejemplo cadenas de e-mails, mensajes personales e imágenes o videos difamatorios. Esto reproduce el daño ya que se combinan los dispositivos y por ende se multiplican los canales de difusión y recepción.
El no registro del otro es característico en la discriminación web. El ciberespacio impide ver los gestos o reacción del otro y por ende, se vuelve probable que la agresión se extienda a pesar de lastimar al otro.
La falsa sensación de anonimato, de la mano de la soledad en la que suele establecerse la conexión, permiten que quienes no se animan a discriminar en forma personal, tengan más facilidades para hacerlo vía web.
La Guía práctica sobre el ciberbullying de España tipifica los perfiles existentes en el acoso por Web de la siguiente manera:
El acosador:persona que normalmente , por problemas de autoestima, necesita manifestar su poder humillando a otro.
La víctima: es quien sufre la humillación y/o discriminación. En Internet puede tener, a pesar de la timidez, mayor posibilidad de venganza. Es por eso que es importante enseñar a no responder con más violencia a la discriminación.
Ños espectadores: aquellos que ven la agresión desde fuera y pueden convertirse en alentadores del hecho o en sujetos pasivos. En Internet el espectador cobra otro protagonismo al tener la posibilidad de compartir información. Es importante trabajar la idea de que compartir también es participar y cortar el círculo de la humillación es una forma de ayudar.
El reforzador de la agresió: es quien estimula al agresor. En la Web puede potenciar el alcance la información que humilla al agredido y por ende cobra un gran protagonismo. Es un tipo de perfil que pasa a un primer plano en el cyberbullying.
El ayudante del agresor: Es quien coopera con el agresor. En la Web pueden cumplir el mismo rol que el reforzador, cobrando un protagonismo mayor al extender el alcance de lo publico. Es importante en ambos casos reforzar la idea de que no solo quien produce la información es el agresor, sino también quien comparte y potencia la publicación.
El defensor de la víctima: es quien intenta ayudar al agredido a salir de la victimización.
Cualquier tipo de discriminación lleva como principal consecuencia humillación para el agredido. Sin embargo, al producirse en la Web, las consecuencias se potencian y expanden. Es importante saber los efectos que trae aparejada para entender la importancia de prevenirla y educar a partir de sus particularidades.
Para la víctima: la expansión y viralización del contenido logra que el dato o información difamatoria llegue a más personas que las estipuladas y por ende se extienda la humillación. La falta de olvido en la Web hace que el acto discriminatorio perdure en el tiempo.
Para el victimario: registro de su accionar y asociación de lo hecho con su perfil tanto en el presente como en el futuro.
Para todos los perfiles: Cuando se produce una humillación en forma personal, responde a un contexto tanto de la vida tanto del agresor, como de los cómplices y del agredido. En Internet y gracias al no olvido de las publicaciones, este recorte temporal se pierde y la información perdura más allá de los contextos de los protagonistas. Esta característica hace que las consecuencias se extiendan y generen una constante relación entre ese hecho y los participantes, más alla de que se hayan arrepentido (en el caso del agresor o cómplice) o que hayan podido superar lo ocurrido (en el caso de la víctima). Este es un punto central donde el adulto debe actuar. Tanto si el cercano es un niño agresor como si es un agredido, es necesario recordar que al producirse en Internet, el acoso se vuelve un sello que perdurará en su reputación online tanto en el presente como en el futuro. Es importante trabajar el tema a partir de ejemplos concretos, como puede ser una futura búsqueda laboral donde la agresión se vuelva un antecedente que un posible jefe vaya a tener en cuenta. Estos ejemplos pueden ser útiles para evitar la participación en las discriminaciones web.
Cómo detectar casos de cyberbullying
Los niños o niñas víctimas de discriminación en Internet suelen manifestar cambios en su conducta, principalmente tristeza. Es probable que sufran variaciones en su rendimiento escolar y que busquen mantenerse al día en forma constante de lo ocurrido en la Web para controlar las publicaciones que hacen sobre ellos. El encerrarse y buscar estar solos también puede ser un síntoma a tener en cuenta.
Los adultos deben estar atentos a los cambios que se producen en el ánimo o conducta de los más chicos para poder ayudarlos y acompañarlos.
Prevención y acción
1- Diálogo: la charla abierta con los niños y niñas donde se permite expresar lo que les ocurre, es indispensable para detectar en forma temprana los casos de ciberacoso.
2 - Es importante no minimizar ni exagerar la situación, aceptando lo ocurrido desde el acompañamiento.
3 - Evitar echarle la culpa a Internet ya que los comportamiento online condicen con los offline y por ende, la Web es solo un medio para llevarlos a cabo.
4 -No actuar sin escuchar las necesidades del niño. Una respuesta que no tenga en cuenta lo que el chico necesita, puede exponerlo aún más y potenciar su humillación. Es por eso que si bien es indispensable que el adulto acompañe, debe consensuar reglas de acompañamiento.
5 - Alentar el diálogo sobre el tema con amigos o cercanos, ya que mantener la situación en secreto potencia tanto sus consecuencias como su aislamiento.
6 - Desalentar actitudes revanchistas o vengativas, ya que solo llevan a mayor violencia y no solucionan el conflicto.
7 - No responder a la discriminación con más discriminación.
8 - Incentivar el evitar sumarse a discriminaciones hechas por terceros como así también reenviar mensajes ofensivos.
9 - Participar en las redes sociales. Ser parte en la educación sobre buenas prácticas en Internet, estableciendo perfiles privados y eligiendo como amigos solo a personas que realmente conozcan.
10 - Acudir al servidor o sitio web donde se establece el acoso. Denunciar, bloquear o eliminar a los contactos.
Consulta con organismos autorizados:
El Programa Nacional “Con Vos en la Web” tiene un espacio de consultas, para utilizarlo hay que ingresar a www.convosenlaweb.gob.ar al link “S.O.S en la Web”
El Inadi, a través de la Plataforma Libre de Discriminación en Internet, tiene su sitio web donde asesorarse y denunciar: www.inadi.gob.ar
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