“En diversos lugares del país se vive en una gran indefensión institucional, que reclama la responsabilidad de quienes gobiernan y de todos los legisladores y miembros del poder judicial: se necesitan políticas de Estado que sean adecuadas y explícitas, concretas y firmes, para eliminar el narcotráfico y el narcomenudeo”, aseveró.
Los obispos alertaron que “instalando su propia ley, el narcotráfico va carcomiendo el Estado de Derecho. Progresivamente los conflictos van abandonando la legislación y los tribunales, para resolverse con la ley de la fuerza y la violencia”.
El Episcopado llevó una palabra de aliento a los jueces que “incluso arriesgando sus vidas y las de sus familias encaran seriamente su misión respecto de este tema” y consideró necesario “reforzar el papel de una justicia independiente y su coordinación con las fuerzas públicas profesionalizadas en esta lucha”.
Asimismo, reclamó la necesidad “poner radares y disponer de las mejores fuerzas de seguridad posibles” para combatir el narcotráfico y el delito organizado, pero aseguró que “respuesta verdaderamente adecuada consiste en una profunda transformación cultural”.
El documento "No al narcotráfico, sí a la vida plena" fue presentado en la sede episcopal de Retiro por el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor José María Arancedo; el presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, monseñor Jorge Lozano, y el responsable de la Comisión Nacional de Drogadependencia, monseñor Fernando Maletti.
El texto fue aprobado en la 110ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina que se realizó del 8 al 13 de noviembre en la casa de ejercicios El Cenáculo-La Montonera de Pilar.