| Autor: Redacción | 11-11-2017
Un largo camino muchachas
Las argentinas votaron por primera vez en...
Precisamente un 11 de noviembre de 1951. Fueron las primeras elecciones en que las mujeres pudieron ejercer su recién adquirido derecho al voto; también fueron las primeras en que se pudieron elegir mediante voto directo a los legisladores y al vicepresidente. Resultó reelecto el presidente Juan Domingo Perón y como vicepresidente Juan Hortensio Quijano, siendo la primera reelección presidencial inmediata de la historia argentina.
Fue una larga lucha. Las argentinas venían demandando el voto desde principio del siglo XX. Cecilia Grierson, la primera médica argentina, participó en Londres en 1889 del II Congreso Internacional de Mujeres y en septiembre de 1900 fundó en nuestro país el Consejo de Mujeres, que promovía el voto; siete años más tarde, la socialista Alicia Moreau de Justo creó el Comité Pro-Sufragio Femenino.
Ambas instituciones influyeron para que en mayo de 1910, Buenos Aires fuera elegida como sede del Primer Congreso Femenino Internacional, que con la participación de delegadas de países vecinos reclamó enérgicamente en tal sentido.
Otra de las pioneras fue Julieta Lanteri, también médica. En julio de 1911, después de haber logrado la ciudadanía argentina (había nacido en Italia) se presentó en Buenos Aires, Argentina para que su nombre fuera inscripto en el padrón electoral y ante la mirada atónita de los varones que hacían cola para votar en las elecciones municipales aquel 23 de noviembre de 1911, logró emitir su voto 40 años antes que el resto de las mujeres argentinas.
En marzo de 1919 lanzó su candidatura a diputada nacional por la Unión Feminista Nacional, con el apoyo de Alicia Moreau de Justo y Elvira Rawson, la segunda médica del país. El resultado fue magro pero importante simbólicamente: obtuvo 1.730 votos.
En 1911, un año antes de que se sancionara la Ley Sáenz Peña de aplicación sólo a varones, el diputado socialista Alfredo Palacios había presentado el primer proyecto de ley de voto femenino, pero ni siquiera fue tratado sobre tablas. En 1929, el socialista Mario Bravo presentó en Diputados un nuevo proyecto que, golpe mediante, recién fue debatido en setiembre de 1932 y aunque logró media sanción, no pudo traspasar la barrera del Senado.
En las elecciones nacionales del 11 de noviembre de 1951 votaron 3.816.654 mujeres en todo el país, entre ellas Eva Perón, quien lo hizo por primera y única vez en su vida, acostada en su lecho de enferma -moriría ocho meses más tarde- gracias a que la urna le fue llevada a su lugar de internación. El 63,9% lo hizo por el Partido Peronista y el 30,8% por la Unión Cívica Radical. El Peronismo fue el único de los dos que llevó mujeres en sus listas. Por contrapartida, el Radicalismo siguió rindiéndole culto a su “irreverente machismo”, frase que pertenece a Florentina Gómez Miranda.