| Autor: Lic. Mirtha Cáffaro | 30-04-2020
La pelÃcula de Netflix
La pelÃcula estrenada por Netflix centrada en la figura de Sergio Vieira de Mello reúne varios elementos que la hacen conmovedora, atractiva y actual. Una biografÃa ficcional que tras la magia del romanticismo y el amor enmascara la dura cara de la diplomacia, los intereses económicos, el poder y la brutal irrupción del terrorismo.
La historia está basada en el libro que la escritora estadounidense Samantha Power publicó en 2008 y que lleva por nombre Persiguiendo la llama: la lucha de un hombre por salvar el mundo.
La serie de Netflix está dirigida por el reportero de guerra Greg Barker, el mismo del documental de hace 12 años que lleva el nombre de la película, y que también contó cómo ocurrió este terrible asesinato, en medio de la invasión de EE.UU tras atrapar a Sadam Husein.
La línea argumental narra una parte de la vida del diplomático de la ONU de 54 años, interpretado por el actor Wagner Moura, actor de Tropa de Elite y Narcos, sus relaciones personales y diplomáticas, su carisma y seducción. El momento central narra su llegada a Bagdad en medio de un caos, su decisión de denunciar las violaciones de los derechos humanos y el ataque mortal terrorista que destruye la sede de la ONU en Iraq.
La actriz cubana Ana de Armas interpreta a la joven Carolina, una economista con quien trabaja en el mismo organismo y con la que viaja a Bagdad como comisionado, entre septiembre de 2002 y agosto de 2003, para restablecer la democracia.
Además de los ya mencionados Wagner Moura (Narcos) y Ana de Armas (El Internado, Knives Out), el resto del elenco está compuesto por Garret Dillahunt (Deadwood), Brian F. O Byrne (Million Dollar Baby), Will Dalton (Loving), Clemens Schick (007: Casino Royale) y Bradley Whitford (Get Out).
El guion de la película fue escrito por Craig Borten (Dallas Buyers Club, The 33), mientras que la producción estuvo a cargo de Wagner Moura, Brent Travers y Daniel Dreifuss.
La película tiene un aura poética que seduce por su sensibilidad, la perspectiva humanitaria desde la que el protagonista ve el mundo y las injusticias. La faceta de enamorado recupera esa alegría del amor joven que vive intensamente cada minuto. Fiel a su propia filosofía de vida, Sergio cautiva por su vitalidad y su forma de encarar la pasión por el trabajo. Sin dudas, su propósito en la vida, hacer un mundo mejor.
Los datos reales
Sergio Vieira de Mello nació el 15 de marzo de 1948 en Río de Janeiro, Brasil. Estudió Filosofía en la Universidad de París (Sorbona), donde obtuvo su licenciatura en 1969 y posteriormente un doctorado en Ciencias Humanas y Letras el año 1985. Hablaba fluidamente en inglés, español, italiano y francés, además de portugués, su lengua materna.
Durante 34 años trabajó con la ONU. Su incorporación a este organismo se produjo en 1969, en el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Ginebra, siendo posteriormente destinado a Bangladés durante su independencia en 1971.
A partir de ahí empezó su labor para trabajar por diversas naciones. En 1974 laboró con refugiados durante la invasión de Chipre por Turquía, tres años en Mozambique durante la guerra civil que siguió a la independencia de este país de Portugal en 1975, y tres más en el Perú.
Vieira de Mello llegó a ser consejero político de la Fuerza Interina de Naciones Unidas en Líbano entre 1981 y 1983, para posteriormente retornar al ACNUR, desempeñándose por una década en su oficina principal ubicada en Ginebra.
Cuando se inició los años 90 estuvo involucrado en la limpieza de minas en Camboya y luego en Yugoslavia. Después fue enviado a trabajar en la crisis de los refugiados en África central, por lo que fue nombrado asistente del Alto Comisionado para los Refugiados en 1996 y, dos años después, vicesecretario general de Naciones Unidas, por lo que nuevamente fue enviado especial de Naciones Unidas en Kosovo tras el fin del control serbio de esta exprovincia yugoslava en 1999.
Entre diciembre de 1999 a mayo de 2002 fue el administrador provisional de Naciones Unidas en Timor Oriental, motivo por el cual tuvo que ir a la excolonia portuguesa, hasta entonces ocupada por Indonesia. También fue representante especial en Kosovo por dos meses y coordinador de las operaciones humanitarias en el cuartel general de las Naciones Unidas.
El año 2002 fue designado Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos y en mayo de 2003 fue nombrado Representante Especial de Naciones Unidas en Irak, al cual debía ir en un principio por cuatro meses.
Mientras el diplomático brasileño se encontraba trabajando en su despacho, una bomba explotó en el Hotel Canal. Él junto a sus 21 colegas dejaron de existir tras el atentado contra las oficinas de la ONU en Bagdad, en Iraq, en el 19 de agosto de 2003.
Vieira de Mello fue sepultado en el Cementerio de los Reyes en Ginebra, cementerio reservado a personalidades de la ciudad que hicieron historia internacionalmente.
"Un ser humano tiene derecho a vivir con dignidad, igualdad y seguridad. No puede haber seguridad sin paz verdadera y la paz debe construirse sobre la base firme de los derechos humanos".
Vieira de Melo