EDITORIAL | Autor: Lic. José Luis Dranuta | 27-09-2017
Efecto dominó
De Vido primero, le siguen otros
De Vido al banquillo de los acusados, Cristina mirando de reojo. Nuestro país no necesita mártires ni delincuentes que se martiricen para provocar efectos morigeradores de pena en la opinión publica y en nuestra ya desgastada justicia. El ex ministro más poderoso de Néstor y Cristina Kirchner se expone, por primera vez, como acusado. Enfrenta el juicio oral y público por la tragedia ferroviaria de Once, en el que se lo acusa de “estrago culposo agravado por la muerte de 51 personas, más una por nacer y lesiones que sufrieron 789 personas”. Hay, incluso, una mirada expectante desde el exterior: los países civilizados quieren saber también qué grado de evolución, como república, estamos teniendo. De lo que surja de este juicio sacarán conclusiones.
Aquel fatídico día, el tren transportaba a cerca de 1.200 personas. Según quedó establecido en el primer juicio oral por la tragedia, que acabó con la condena -aún discutida en Casación- de los ex funcionarios Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi, y el empresario Claudio Cirigliano, entre otros, el choque fatal fue causado por una suma de factores vinculados con la falta de inversión para el mantenimiento del Sarmiento y el descuido de la seguridad con que las formaciones hacían su recorrido. Por esos motivos se lo procesa a De Vido, que no es menos responsable que aquellos, sino que supo poner frenos y barreras a su persona, entre ellos, su investidura parlamentaria.
Ahora, con el país en otro proceso, los Kirchneristas en baja y Cristina delirando por el GBA en búsqueda de los votos más cautivos de la miseria social, el escenario es otro. Y estamos en las albores de nuevas y más refinadas delaciones, que producirán la apertura de nuevas y más nutridas causas. Es cuestión de esperar, en este caso, apenas unos días.