EDITORIAL | Autor: Lic. José Luis Dranuta | 26-06-2013
Es la educación, paisano.
Por donde pasa el eje sensible de nuestro paÃs
Les aseguro que si conozco un tema de cerca es el de la educación. En los últimos 25 años de mi vida he visto toda clase de sinsentidos educativos impulsados por los gobiernos de turno: algunos con mayor o menor grado de desatino. Tal vez, (cómo saberlo), algunos tenÃan buenas intenciones. El resultado actual, una sociedad menguada en sus derechos civiles, no es más que su consecuencia.
El sistema educativo argentino esta lejos de ser perfecto, se necesita reformular muchas de las acciones que están en funcionamiento y que para ello, se necesita cambiar las leyes sobre la educación ya que son el fundamento de toda la estructura del sistema educativo.
La Educación hoy en día es otra cosa, no tiene nada que ver con lo que se venía haciendo o aún se hace en las aulas de nuestro País.
La Educación a nivel internacional ha estado dictando los parámetros que regulan los estándares como perfil de egreso de la Educación Básica, imponiendo un enfoque por competencias para la vida, es decir, que el alumno que egresa sepa adaptarse a la realidad en la que se desenvuelve, que sea capaz de encontrar solución ética a las diversas situaciones de la existencia y que logre su bienestar emocional.
Antiguamente la Educación se centraba en cómo el docente podía trasmitir sus conocimientos, en cómo perfeccionar la didáctica, en cómo hacer llegar el gran cúmulo de conocimientos a sus alumnos. Hoy en día ya no se trata de eso, ahora la atención se centra en descubrir cómo aprende el alumno, saber cómo potenciar el aprendizaje de los alumnos, que ellos mismos participen en la construcción de su conocimiento. La Educación hoy en día propone una nueva manera de pensar lo que antiguamente se conocía como el proceso dialéctico entre enseñanza – aprendizaje.
En lo dialéctico se habló y se debatió mucho. En esta última década, para el oficialismo llamada la década ganada, se han invertido cifras de dinero record del presupuesto nacional en educación. El resultado es el peor deseado: se ha gastado mucho y se ha formado peor a los ciudadanos. A eso se lo llama mala gestión. Ni siquiera estoy tan seguro de que sea un plan perverso el de educar mal al soberano por interés mezquino de los gobernantes, como agrumentan algunos: es simplemente mala gestión. Ineficiencia e ineficacia son las puertas de entrada de la corrupción, cuando se trata de los recursos públicos.
Hasta que entendamos los principios, viviremos en el país del "como si", donde las cifras tapan las verdades, donde porcentajes o estadísticos de dudosa óptica se profusan como las tablas de la verdad. Un tema para pensar y llevarnos como tarea para el hogar, en estas próximas vacaciones de invierno.