EDITORIAL | Autor: redacción | 02-02-2018
Un Papa raro
Su giro al progresismo insostenible
Los analistas vierten opiniones sobre Francisco son por su carácter de Jefe de un Estado y su influencia y rol en la polÃtica mundial. Queda a los creyentes expresar como tales las suyas, si es que las tienen, sobre las consecuencias de esta posición en la espiritualidad de los pueblos. Sin embargo, la postura del Papa en temas como la pedofilia en la iglesia chilena, el progresismo trucho argentino (Hebe de Bonafini incluida) y su desentendimiento de los temas terrenales en concreto, está alejando a los argentinos de bien del otro argentino, a la sazón, el más famosos de toda la historia. Otro derroche de talento nacional, esta vez, lamentablemente, en El Vaticano.
Respecto a Venezuela, un colega nuestro, Caho Alvarez, dice "Tiene la lógica de que en Venezuela, la cúpula de la Iglesia Católica, está jugando a fondo a favor de la derecha golpista, respaldando política y espiritualmente, de manera abierta y pública, a las bandas fascistas armadas que incendian, queman y asesinan a militantes populares. Es copia fiel de la actitud que otra cúpula, la argentina, hizo durante la dictadura militar del 76 y en las anteriores.
Francisco prefirió cuidar el rancho propio. Si para eso había que contradecir discursos, políticas y posiciones anteriores sobre otras situaciones, en otros lugares del mundo, no hay problemas. Pero confrontar con la Iglesia de Venezuela y sus consecuencias en otros países del continente, no es negocio para el Vaticano".
Está claro que ni el entorno inmediato del Papa sabe a qué está jugando Francisco. Idas y vueltas, dimes y diretes, la iglesia del siglo XXI abandona lo místico para meterse de lleno en lo prosaico. Claro que nuestro Bergoglio, aquel distante hombre vapuleado por los K, ninguneado por la izquierda y perseguido ideológicamente por el progresismo, no tiene nada que ver con el Francisco Modelo 2018. Las consecuencias mundiales de este giro copernicano aún no se pueden estimar.
Una vez más, y esta por intermedio del Papa, los argentinos damos mundialmente la nota desagradable.