EDITORIAL | Autor: redacción | 04-03-2018
Una vez estuve allí
Ser analíticos
Mientras en Europa hace tanto frío que los canales de la ciudad holandesa de Ámsterdam se han congelado por primera vez en años, permitiendo a sus ciudadanos disfrutar de una improvisada pista de patinaje sobre hielo, aquí pensamos que el verano será eterno. Y no me refiero estrictamente a lo climatológico sino a nuestra forma "enanista" de ver la realidad. En el país nos encontramos sumergidos en una crisis global que solo es contrarrestada por el optimismo del presidente en el discurso del Congreso. En la Provincia, los chicos han perdido uno de cada trece días de clase en los últimos ocho años y la gobernadora contesta a esta insensatez con discursos de barricada. En la ciudad, como decirlo, el descontrol y el desgobierno es la moneda corriente ¿Qué hace que los argentinos seamos adictos a las crisis e ingobernables?
Mientras en Europa hace tanto frío que los canales de la ciudad holandesa de Ámsterdam se han congelado por primera vez en años, permitiendo a sus ciudadanos disfrutar de una improvisada pista de patinaje sobre hielo, aquí pensamos que el verano será eterno. Y no me refiero estrictamente a lo climatológico sino a nuestra forma "enanista" de ver la realidad. En el país nos encontramos sumergidos en una crisis global que solo es contrarrestada por el optimismo del presidente en el discurso del Congreso. En la Provincia, los chicos han perdido uno de cada trece días de clase en los últimos ocho años y la gobernadora contesta a esta insensatez con discursos de barricada. En la ciudad, como decirlo, el descontrol y el desgobierno es la moneda corriente ¿Qué hace que los argentinos seamos adictos a las crisis e ingobernables?
Es evidente que los resultados no son los esperados. Pero nos encontramos ante el dilema de convalidar un gobierno corrupto que destrozó la república en los últimos doce años y la obligación de aplaudir un gobierno de ineptos que no da en el clavo en casi ninguno de los temas centrales.
La metáfora de la gente patinando en los canales de Amsterdam, cuando están atravesando la peor escalada de frío de la historia, es un buen ejemplo de gestión, a nivel nacional, provincial y ciudadano, por qué no decirlo. Los peatones, patines en mano, en una sociedad civilizada, se deslizan por donde en otra época del año corre agua. Y nadie muere de frío, ni de hambre, y los chicos van a la escuela todos los días. Y, tal vez lomás importante: la inmensa mayoría de los ciudadanos no está pendiente de las estupideces cotidianas de la gestión, como sí lo estamos por estos lados, embarrados en la mediocridad de nuestros dirigentes.
Cierro los ojos y me imagino patinando, un domiingo a la mañana, en Amsterdam, por un canal. Al fin y al cabo, tal vez, vuelva (volvamos) al lugar de donde nunca debimos irnos.