EDITORIAL | Autor: redacción | 16-03-2018
Ahora que ya pasó
El último Primer día de clases
Una vez más se registró en nuestra ciudad la ruidosa celebración estudiantil –no exenta de incidentes callejeros y este año con el agravante de roturas a comercios. La "jodita" la arman los alumnos que ingresan al último año del nivel secundario y se trata de un festejo que se prolonga a lo largo de la primera semana de clases, ya que los estudiantes de los distintos colegios fijan una suerte de escalonamiento espontáneo en jornadas sucesivas, para “ordenar” esas celebraciones.
Se puede hablar de una suerte de tradición ya instalada en Mar del Plata y en otras ciudades, que este año sirvió no sólo para reiterar a primeras horas del amanecer el despliegue de una cohetería estruendosa, con lanzamientos de bengalas y cánticos juveniles, sino también las protestas de muchos vecinos por los trastornos padecidos a esas horas.
Naturalizar el destrozo y cambiarlo por un código de acciones reparadoras es bastardear el aprendizaje y degradar la educación. Directivos, padres y el resto de la comunidad son cómplice de delito de daños y otros, dependiendo de la imputación que se quiera hacer. Si esto es la educación, tal vez su carencia sea una solución, por lo menos en el corto plazo.