EDITORIAL | Autor: redacción | 04-04-2018
Desde adentro "Nothing to Declare"
No es lo mismo
"Si algo motivo en su momento mi candidatura y mi intención de ser intendente es que no soportaba mas la mediocridad, no podÃa entrar en razón para tratar de explicar por que ocurrÃa lo que ocurrÃa". Esta fue una de las frases del discurso de tres horas de duración del Intendente Arroyo en el HCD. Una vez adentro del gobierno es más que evidente que las cosas no se ven igual que desde afuera. De ora forma no se explican estos tres años de estancamiento municipal en Salud, Educación, el tema de la recolección de residuos y su predio, el transporte público, los cortes de calles por piqueteros en el centro, las renuncias de más de 30 funcionarios polÃticos de su gabinete y el silencio ante las peticiones concretas de los empleados municipales. Para darle la derecha al intendente, cosa que cada vez es más difÃcil, tenemos que decir que desde lejos no se ve lo podrido que está esto.
“Gobernar Mar del Plata equivale a gobernar dos provincias del norte. La complejidad de los problemas a resolver, la cantidad de situaciones que se plantean, nos traen en seguida a la realidad". El ir y venir del intendente lo hizo incurrir en fuertes contradicciones en las más de tres horas en las que usó la palabra.
Frases ambíguas como esta, respecto a la educación: “Nunca pensé en provincializar la educación municipal, pero si quiero que todos los alumnos de general Pueyrredon tengan las mismas posibilidades, alternativas y derechos”, generan muchas dudas en el personal y en la comunidad educativa municipal. El tiempo, inmediato, lo dirá.
Como era de esperar, concejales de la oposición lo criticaron. Pero no era de esperar el silencio casi absoluto de los concejales oficialistas. Nothing to declare.
Tal vez, como decía Ringo Bonavena, cuando suena la campana estás solo y te sacan hasta el banquito, pero Arroyo no se ha dejado ayudar y, en el límite, ha esccogido mal a sus asesores, incluso en áreas clave (gobierno, cultura, educación, tecnología...) Los resultados están a la vista y no resisten mayores análisis. Cuando ya hemos promediado más de la mitad del gobierno estamos en el derecho de afirmar que la cosa no se ve bien. Le pese a quien le pese, afecte a quien afecte, alguien que no esté comprado por la pauta oficial o por las empresas que asfixian a esta gestión tiene que comenzar a decirlo.
Tal vez el "Something to Declare", tímido, de algunos desde adentro, sea el principio del fin de una dirección que, a todas luces, ya se sabe que no es la correcta.