EDITORIAL | Autor: redacción | 12-05-2018
¡Ay Marquitos...!
No de nuevo
-No de nuevo me decÃa ella, no de nuevo- rezaba el aviso de "rejuvensex", una pÃldora mágica que lograba convertir a un hombre débil en un potente "semental". Pero la pÃldora no tenÃa un efecto permanente, sino que como en el cuento de la Cenicienta, la carroza se transformaba en calabaza, en un par de horas. Marcos "Antonito De la Rua" Peña, viene tratando de explicar lo inexplicable desde que Macri asumió, solo que por estos dÃas, está cayendo en desgracia. La historia sà vuelve a repetirse, el FMI nos pone condiciones, somos un paÃs pobre mal administrado, y los soberbios chetitos en el poder no dan un palo al agua.
Beatriz Sarlo hizo una devastadora descripción sobre Marcos Peña. De él dijo que es un "Capitanich con buenos modales". La ensayista se refirió al jefe de Gabinete y no solo produjo risas del entrevistador sino que instaló una idea que la gente ya se está haciendo de él. Un tipo con plata, suerte y soberbia, que hace de mano derecha del "Presidente Mauri" como decía Susana Gimenez cuando asumió.
Siguiendo con el análisis de Sarlo, suscribimos la idea de que viene de la clase alta, tiene dos apellidos de clase alta, ha sido bien educado, pero hace acordar a Capitanich, cada día, cuando a la mañana se ponía el traje y defendía cualquier cosa que hubiera hecho Cristina Kirchner el día anterior. Ahora que la crisis nos pega de frente, ver su cara de "pibe superadito", produce una irritación popular difícil de entender. No se trata de si alguien votó o no a Macri en 2015, ya sea en primera vuelta o en la segunda, sino de cómo gestionó y eligió a sus colaboradores nuestro presidente. Ahora que las cosas no salen bien, todos deben hacerse cargo de su responsabilidad y, eventualmente, correrse para oxigenar a la república.
Claro que este razonamiento vale para las naciones serias y maduras...