EDITORIAL | Autor: redacción | 14-11-2018
Llorar es un sentimiento, mentir es un pecado
James Bond en Mar del Plata
El gobierno municipal está mintiéndole a la población en el conflicto docente municipal. Es evidente y hasta grotesco. Periodistas de medios bien definidos reciben pauta para defender la idea maquillada de un trasnochado Secretario de Hacienda. Incluso, hasta inventaron encuestas truchas en un portal colega con consignas tan absurdas que demuestran poca creatividad en la operación de prensa. Pero el tema es mucho más profundo. Si el gobierno es capaz de mentir de forma consciente y deliberada, asà como comprobada, a la población en este tema ¿No es acaso capaz de mentir en muchos otros un tanto más sofisticados? Saúl Ubaldini, en una guerra dialéctica con AlfonsÃn, allá por los ochenta, dijo una frase que quedó grabada en los anales de la historia de la democracia: "llorar es un sentimiento, mentir es un pecado". El Intendente ha hecho, varias veces, lo uno y lo otro. Ha llorado en público, emocionado, enterneciendo al pueblo y ha mentido, o permitido que le mientan al pueblo, a través de su siniestro Secretario de Hacienda. Incluso el Secretario de Educación se ve en la diatriba de respaldar posturas que atentan contra sus propios subalternos o ser partÃcipe necesario de la mentira. La otra posibilidad es que sea cómplice de una postura pergeñada desde lo más alto, para acabar con el Sistema Educativo Municipal, modelo en el paÃs, con más de 50 años de vigencia.
Este jueves, en el Concejo Deliberante, se tratarán sobre tablas 3 puntos que afectan a 3600 agentes municipales, en este caso, a los docentes. El primero de ellos es un extraño concurso de titularización de cargos que es presentado ante la sociedad como un beneficio pero en realidad es una reducción de sueldo para los "supuestos beneficiarios". El segundo punto es el ahora famoso código 59 que equipara el sueldo del docente con el agente municipal de módulo 35, conquista social del año 1989, que este gobierno por decreto pretende cercenar. También, corresponde decirlo, se lo presenta ante la sociedad de otra forma; diciendo que los docentes trabajan 20 horas y cobran por 35, cosa que a todas luces es mentira. El tercer tema a tratar es la interpelación al Secretario de Educación Luis Distéfano y al Secretario de Hacienda Mourelle.
No tenemos presente que, en el pasado reciente, alguna interpelación haya tenido resultados positivos y efectivos. Todo parece reducirse a un circo de personas gritando y funcionarios poniendo cara de poker. Las medidas se toman más arriba y no se cambian, al menos hasta ahora.
Tal vez, la movilización del colectivo docente sea la respuesta al cambio real que se debe tomar frente a este tema: que la ciudad esté manejada por gente capaz, que sea de la ciudad y del sistema municipal y que trabaje con y no contra el gremio, para fortalecer la estrategia de la mejora educativa que nos debemos.
Quitarle horas a los docentes, dinero real de su sueldo y maltratarlos en una campaña de prensa, seguramente son el camino contrario. Saúl, querido, donde quiera que te encuentres en este momento, una buena parte del pueblo, hoy más que nunca, está contigo.