EDITORIAL | Autor: redacción | 05-12-2018
El gordo y el flaco en la legión extranjera
Laurel y Hardy
Laurel "Distéfano" y Hardy "Mourelle" protagonizaron una saga más, remixada, de aquella emblemática pareja cómica. En la parodia que va para adelante pero nunca llega a nada, se mostraron como cómplices de un atropello, verborrágicos y timoratos, según el caso, y lo que es peor, nunca pudieron responder a ninguna de las preguntas formuladas por los concejales. La interpelación fue un fracaso, desde el punto de vista de los objetivos que tal situación persigue, y un éxito polÃtico para el HCD y el STM. Arroyo, "El gran Dictador" de otro celuloide vetusto, fue el gran perdedor. Todas las medidas de avance sobre los docentes municipales fueron rechazadas, pero en particular, la restitución del Código 59, en tanto se los reconoce como agentes municipales, fue el revés más duro en los 3 años de gestión para un ejecutivo mediocre. Laurel & Hardy, soldados legionarios de ningún bando, enredados en una lucha que nadie planteó, fogoneados desde arriba por un entorno provincial que le quitó la escalera y los dejó agarrados del pincel, son el corolario de un capÃtulo más del dislate en el que los marplatenses vivimos desde que asumió este gobierno.
Mientras Mourelle disparaba munición gruesa en Radio Continental, a la mañana siguiente, acusando a Sanz Saralegui, presiente del HCD, de tener parientes contratados como asesores que viven en La Plata, pero olvidando que el Intendente Arroyo nombró a 12 parientes, por lo menos, en puestos para los que nos estaban preparados, Guillermo Arroyo, ¿les suena? hijo del intendente y concejal, dijo que los interpelados habían contestado “sólida y técnicamente” y que
"Las respuestas no gustan y por eso las manifestaciones de algunos tratando de tapar las verdades que dicen". Se quiso victimizar y declaró: "Lamento mucho la forma de comportamiento del Sindicato de municipales durante la interpelación" aunque no explicó nada de por qué Susana Rivero, pareja del Intendente, es Sub Secretaria de Educación sin tener avales para tal función, o Loria, yerno del Intendente, mediocre abogado de bajo vuelo, hoy ocupa una banca de concejal, junto con "Guillermito". No explicó nada de lo que dicen los colegas de él, en off, por caso, que es "otra piedra en el zapato gastado de la ciudad que no atina a llegar a horario a sus funciones, por las que cobra más de 3 millones de pesos al año".
Lo cierto es que ayer, en el Concejo, el ejecutivo perdió y por por paliza. “Lamento mucho la forma de comportamiento del Sindicato de Municipales y en especial de Alejandra Ayek -secretaria Docente del Sindicato de Municipales-, que dice representar a los docentes municipales cuando claramente los maestros no comparten esta forma de expresarse tapando la voz de los funcionarios cuando responden a las preguntas de los concejales”, dijo Guillermito Arroyo. Mourelle dio a entender que el ejecutivo no va a acatar la resolución tomada ayer por el HCD y que los docentes deberán ir a juicio para cobrar su legítimo salario. Los medios adictos de Mar del Plata, que rapiñan unos pesitos de la pauta oficial, cuya partida crece en 380 % respecto al año anterior, para financiarse la campaña del 2019, tratan de dibujar el cuadro. La verdad sea dicha, Arroyo perdió, Distéfano y Mourelle hicieron el papel de los tontos (Laurel Y Hardy) y Mar del Plata es un caos, allende el tiramerdis del Secretario de Hacienda, que se peleó con los Radicales, por haber gobernados hace más de 10 años, con Pulti, al que llamó extranjero, con los concejales, con los docentes municipales y con DiosyMaríaSantísima.
Otro error de concepto que estaría bueno dejar en claro: ¿Qué responsabilidad le cabe al intendente y al secretario de educación por la calidad del aprendizaje de alumnos y la infraestructura de las escuelas que funcionan bajo la órbita provincial en Mar del Plata? Intentar nivelar el salario por ese lado, diciendo que los municipales deben ganar lo mismo que los provinciales, para asegurar la calidad educativa de todos por igual es un argumento un tanto pueril. ¿Es lícito pensar que el intendente debería preoucparse por la calidad de aprendizaje y la infraestructura de colegios privados de la ciudad? ¿Distéfano debería ocuparse de esos temas? Seguramente que no y en esos errores de ambiente del sistema estriban los errores procedimentales de un gobierno ineficiente y malintecionado. La saga del Gordo y el Flaco promete seguir, mientras que "Honorio" aquel personaje bajito de Tino y Gargamuza, amaga a colarse con alguna lágrima socarrona para impresionar al electorado.