EDITORIAL | Autor: Lic. José Luis Dranuta | 27-05-2019
Lástima
Bandoneón nacional
Lastima la lástima que sentimos por nosotros mismos. Nuestra sociedad, lastimada como pocas, en estos 19 años del milenio, siente que se escapan los años. Los mejores dÃas han pasado y los que vienen no son auspiciosos ¿Cómo romper ese cÃrculo negativo y perforar al temerario pesimismo que nos envuelve? Determinados actores sociales se han ocupado de sumirnos en el descontento: torpes, mediocres y corruptos dirigentes cultivaron el odio, a la vez que aumentaron los impuestos y los flagelos sociales, descendiendo nuestra calidad de vida. Lástima por el alma lastimada; pena después, en un tiempo en que los seres humanos se visten de odio, por encima de todo, enmascarando el cuadro.
La lástima es un sentimiento de tristeza y ternura producido por el padecimiento de alguien: "siempre ha sentido lástima por las personas maltratadas"; escuché decir, y también algo así como "me da lástima porque, en el fondo, el pobre, es buena persona y no ha hecho mal a nadie". La lástima es una cosa que causa disgusto y mueve a lamentarse. Por caso; "¿hemos perdido? ¡Qué lástima!"; luego, "es una lástima que no puedas venir a vernos". Así, la lástima coloca al que la siente en un lugar de superioridad frente al que la padece. La lástima es una herramienta de maltrato, camuflada de misericordia, que da derecho a posicionarse un escalón arriba. La lástima no es compasión; es otra cosa.
Los dirigentes que dicen sentir lástima por la gente que sufre, se parecen a la pareja que te deja y dice sentir lástima por tu sufrimiento, dijo Marc Twain. En realidad dijo algo así como que todo el mundo es como la luna, porque tiene un lado oscuro que no muestra a nadie. Entonces Don Samuel Langhorme Clemens, así su verdadero nombre, cultivó una pluma fina para la sátira y la crítica, no del todo vindicada en nuestro arrebatado presente. Tal vez por eso de que "Nadie se desembaraza de un hábito o de un vicio tirándolo de una vez por la ventana; hay que sacarlo por la escalera, peldaño a peldaño".
Así en la tierra como en el cielo, si se tratase de méritos para entrar al cielo,yo seguramente no, ingresaría en el paraíso celestial, pero mi perro seguramente sí lo haría. Y parafraseando a la lástima por la vida, y por que no por el amor, el problema no sería morir por un amor, sino la búsqueda de un amor que valiese la pena para morir por él. Teléfono para nuestoros políticos en carrera hacia la presidencia...
Y como la cordura y la felicidad son una combinación imposible y una media verdad es la más cobarde de las mentiras, Marc Twain también nos enseñó que pronunciar palabras que expresen sentimiento de lástima por otro nos rebaja como personas y, Jesús mediante, es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja, que el que un rico entre en el Reino de los Cielos, así como que un necio se arrepienda de su cobarde realidad confesa para sí mismo.
Un domingo de lástima para ellos, los que sintieron lástima por nosotros.
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