EDITORIAL | Autor: redacción | 10-07-2019
Hoy te convertÃs en héroe
9 de Julio de 2014
Tan solo cinco años nos separan de la jornada heroica en la que Argentina, jugando en el Mundial de Brasil 2014, eliminaba a Holanda en semifinal, por penales, y nacÃa aquella famosa frase de Mascherano a Chiquito Romero: "hoy te convertÃs en héroe". Mediaban 24 años de la última vez que, por penales también, Argentina llegaba a una final. Y luego, aquella vez de 1990, esta más cercana de 2014 y nuestra penosa realidad, hicieron que las ilusiones de destrocen contra los palos, las malas rachas, los miedos y la improvisación. Nuestra querida patria, que cumple 203 años independiente, sabe de estos relatos, cÃclicos y acompasados, que atesoran frustraciones y la idea del pudo ser. En los comienzos de una campaña electoral que terminará, allá por finales de año, en la consagración de un nuevo presidente (tal vez el mismo) un nuevo gobernador de la provincia (tal vez la misma) y un nuevo intendente (...) queremos acuñar el metálico sueño de la medalla nacional, esa que se talló más de fracasos que de éxitos y de la que no podemos salir, como si se tratase de un espacio fractal, infinito.
Al menos no lo ha hecho hasta ahora. El fracaso nos enseña, nos hace más sabios, más fuertes y más resistentes. Contiene energía que puede manejarse. Más importante aún: es probablemente a través del fracaso que conseguimos entender un poco acerca de la naturaleza de lo que va ocurriendo. Argentina no sabe de aprender de sus fracasos.
El mundo en nuestra contra nos presenta ante la certeza de que, cuando fallamos en algo, nos sentimos tristes, quebrados, desesperanzados. Lo que requiere coraje, trabajo, determinación, vigor resulta para mucha gente motivo suficiente para evitar. De lo contrario, debe ser sostenido estoicamente. Aparece el orgullo, el encubrimiento que no siempre conducen a puertos deseados.
El hoy es un Messi renegando contra la Conmebol, el VAR y los Brasileños. El recuerdo de la final de 2014 perdida, o las dos finales de la Copa América caídas a manos de Chile, nos ponen frente a la amarga realidad de la derrota. La angustia de aquellos que recordamos la injusta sanción del penal de 1990 que le permitió a Alemania salir campeón en el Munidial de Italia nos pone frente a la dura realidad: para ser campeón hay que tener orden, coraje, un poco de suerte y una pequeña cuota de trampa. Y así en la tierr como en el cielo, no se entra al paraíso colándose por el trastero. En todo caso habrá que merecerlo.
Algunas personas, tal vez la inmensa mayoría de los argentinos, se quedan con la parte negativa de la experiencia de fracaso cuando deberían quedarse con la enseñanza que todo traspié trae. El problema con el fracaso es etiquetarlo de un modo negativo cuando en realidad está trayendo importantes observaciones, lecciones que vale la pena aprender. En definitiva puede afirmarse que el "fracasado" es alguien que se ha mostrado reticente o perezoso a la hora de aprender. Se ha comportado como un niño consentido y obcecado que pretende que las cosas de este mundo funcionen como él quiere y que sean como él quiere. El Diego, Messi, y muchos de nosotros sabemos de lo que hablamos cuando hablamos de fracaso. Hoy te convertís en héroe, tal vez hoy, fracaso mediante, te conviertas en alguien verdaderamente de valor.