EDITORIAL | Autor: Lic. José Luis Dranuta | 10-08-2019
La cuesta
Subir y bajar
Subir y bajar la cuesta no es lo mismo. A veces, sospechamos, es mejor jugar con "el cuchillo entre los dientes" y que todo se vea cuesta arriba ¿Arriba? ¿Se llega alguna vez arriba? Otras veces la cuesta abajo significa un envión, que todo marcha sobre ruedas ¿Es acaso la cuesta abajo el principio del fin? Las elecciones están a escasas horas de develar incógnitas que las encuestas no han podido. El Dólar, adormecido, la tasa por las nubes y la desocupación en dos dÃgitos nos llaman a la reflexión. ¿Argentinos a las cosas!
La urna se quedará vacía de votos, con ganadores en la cima, políticos en la cuesta, arriba o abajo, y una gobernabilidad que, sea cual sea el resultado, quedará resentida, desde ahora y hasta el cambio de gobierno en diciembre de este año. La urna nos llama; no se trata de las urnas sino de la urna, singular, que nos espera a cada uno de nosotros. Nos mira, nos interpela y nos advierte; esta vez no se pueden cometer errores. Tal vez otras veces tampoco, pero lo hicimos.
Los argentinos somos responsables del fracaso de sociedad que habita en este sagrado país. En el mundo no se explican como con tanto pudimos lograr tan poco. Nosotros hemos encontrado la respuesta en el hecho cotidiano de dilapidar las energías en vanalidades. La tensión entre lo inmediato y el mediano/largo plazo se resolvió a favor de los primeros, sin ninguna objeción. El placer del aquí ahora nos devoró el futuro, y cuando se acabó el futuro nos devoró el presente. Y el pasado, que fue ayer no más.
Subir o bajar la cuesta. Llegar hasta la urna y comenzar el camino de regreso, esta vez en serio, hacia la sensatez.