EDITORIAL | Autor: Lic. José Luis Dranuta | 17-08-2019
San MartÃn
Hoy y siempre
De todas las virtudes que se exaltan del Libertador Don José de San MartÃn, sobretodo en fechas como la de hoy, que en particular se conmemoran 169 años de su fallecimiento, creo que se podrÃan destacar el renunciamiento a los cargos y la honestidad. Seguramente otras de sus virtudes fueron más importantes a la hora de libertar nuestro paÃs, Chile y Perú, pero es imprescindible pensar en nuestro prócer como un ser humano común, lleno de pasiones, en un mundo como el de hoy: sin dudas no existe una persona de tanto valor humano en nuestra actual confusión a la que llamamos realidad cotidiana.
San Martín llegó a viejo, sobre todo si consideramos que 72 años en aquella época, luego de que después de tanto ajetreo, guerras y condiciones adversas de vida, las condiciones reinantes terminaban mucho antes con la vida de las personas. Nuestro padre de la patria sobrevivió a Bolivar, a Dorrego, a Lavalle, Belgrano y tantos otros. Nunca jamás pudo regresar a nuestro país, en definitiva, su patria. Era la confirmación de aquel entonces, y lo es ahora, que los argentinos excepcionales no pueden vivir en estas tierras, que se fagocitan a los héroes y nivelan para abajo. En épocas de relatos novelados de un Kirhnerismo que se apresta a volver, con un Macrismo decadente y, por qué no, mediocre y corrupto también, El Libertador nos mira y nos interpela, en serio. La patria nos reclama, seamos libres, que lo demás no importa.