EDITORIAL | Autor: Lic. José Luis Dranuta | 22-09-2019
WW
Según se quiera ver
Cuando se corren los velos de las angustias aparecen las verdades. Ser estafado por un ser querido es análogo a ser estafado por el presidente, o su equipo de gobierno. Hablamos de diferentes trampas. Walter White sabe de Walt Whitman, pero no son, ni por asomo, la misma cosa. Sin embargo ambos han estafado al mundo, pero de distintas formas. Un mediocre dirigente, creciendo a expensas de los demás, es lo que un socio infiel a una empresa. Se llena el aire de excremento, de mentira y de rencor. Él (Ella) brilla, pero detrás sólo hay dolor, robo y frustración. Te roban las ideas, te arrancan la vida en comercio de culpa y engaño. Son la vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser. El cuerpo se llena de Kilos de culpa. La mente arrastra la culpa y el ser se marchita, violando las ilusiones de lo que una vez alguien propuso y no pudo ser. Correr el velo es darse cuenta que WW era Walt Witman, pero era Walter White. Correr el velo es ver el asco de la levedad del ser hongo, que vivió a expensas del otro, mientras le hacÃa creer desde su mediocridad, una pelÃcula borrosa, de los sesenta, de cuando el mundo era kirsch. A esto en el siglo XXI se lo llama fracaso.
Walter Hartwell White, también conocido como Heisenberg, es un personaje ficticio, protagonista de la serie de televisión estadounidense Breaking Bad. En el proceso de la misma, descubre que el productor de metanfetamina al que quieren detener, es un antiguo alumno suyo, Jesse Pinkman. El cuñado de Walter es policía de la DEA y persigue, sin saberlo, durante toda la saga, al famoso fabricante de "meta". La vida misma, podría escribirse en torno a cada capítulo de aquella famosa serie. En el otro costado del ring está Walt Whitman y su Carpe Diem
“No dejes que termine sin haber crecido un poco,
sin haber sido un poco más feliz,
sin haber alimentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie
te quite el derecho de
expresarte que es casi un deber.
No abandones tus ansias de hacer de tu vida
algo extraordinario…
No dejes de creer que las palabras, la risa y la poesía
sí pueden cambiar el mundo…
Somos seres, humanos, llenos de pasión.
La vida es desierto y también es oasis.
Nos derriba, nos lastima, nos convierte en
protagonistas de nuestra propia historia…
Pero no dejes nunca de soñar,
porque sólo a través de sus sueños
puede ser libre el hombre.
No caigas en el peor error, el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes…
No traiciones tus creencias. Todos necesitamos
aceptación, pero no podemos remar en
contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta el pánico que provoca tener
la vida por delante…
Vívela intensamente,
sin mediocridades.
Piensa que en ti está el futuro y en
enfrentar tu tarea con orgullo, impulso
y sin miedo.
Aprende de quienes pueden enseñarte…
No permitas que la vida
te pase por encima
sin que la vivas…”
En el medio estamos todos y cada uno de nosotros. Sólo que no lo sabemos, seguramente, porque estamos ocupados viviendo el contexto, que objetiviza a un sujeto del que desconocemos realmente quien es.
Así las cosas, a vivir, y a buscarse nuevos desafíos para la vida misma.