EDITORIAL | Autor: Lic. José Luis Dranuta | 27-09-2019
Pispirete
Cuestión de género
Esa chica es pispireta, se decÃa en una época en la que las palabras no respondÃan a los estados, como si se tratase de un viejo WhatsApp con malentendidos. El masculino serÃa, según se quiera saber: ese chico es pispireto. En el diccionario de referencias se hace mención al término y el mismo reza: dÃcese de la mujer pronta y vivaracha. También se lo puede ver como pizpireta. Alguna vez usamos pispireto para referirnos a un varón, pero la cuestión de género y la cultura transversal no le atribuyeron mucho efecto negativo al término, al menos hasta nuestros dÃas. Un hombre que salÃa con muchas mujeres y tenÃa un corazón generoso era cualquier cosa menos pispireto. Una mujer, en cambio, era lo mÃnimo de lo que se la calificaba. Una persona del colectivo LTGB con esos hábitos, por añadidura, serÃa pispirete.
LGBT es la sigla compuesta por las iniciales de las palabras Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transgénero. En sentido estricto agrupa a las personas con las orientaciones sexuales e identidades de género relativas a esas cuatro palabras, así como las comunidades formadas por ellas. La expresión tuvo su origen en el idioma inglés en los años noventa, pero estas iniciales coinciden en varios idiomas, entre ellos el español. El término ha sido resultado de una evolución en la que se fueron agregando letras con el fin de incluir a diversas comunidades discriminadas por su identidad sexual. Inicialmente se utilizaba la expresión «homosexual» o «gay», pero algunas organizaciones de personas lesbianas y bisexuales la cuestionaron como insuficiente, dando paso a la creación de la sigla «LGB». Posteriormente las personas transexuales hicieron una crítica similar dando origen a la sigla «LGBT».
-"Hola mi nombre es María, soy mamá de Pablo, abogada, periodista, tengo un master en recursos humanos y quiero ser la intendenta de ustedes los próximos cuatro años"- Sería la frase correcta de una mujer que se quiera presentar en sociedad y aspire a un cargo ejecutivo. Su nombre, sin apellido, ser madre como condición de significado de ser buena y que pone a su hijo por encima de su carrera (mentira), su extensión de logros curriculares a continuación y su deseo de ser votada, por último (todo mentira, claro) ¿Cómo se presentaría un varón en dichas circunstancias? -"Hola, soy Manuel, papá de Gastón y Cecilia, ingeniero agrónomo, jugador frustrado de Barraca Central y quiero ser su senador por la segunda sección electoral"-. Enctonces, una persona LGTB diría -"Hola, soy Marcia, pertenezco al colectivo LGTB, soy docente y madre/padre de Ezequiel y quiero ser su gobernador en los próximos cuatro años..." Allí no aplicaría "gobernader"... simplemente no pega.
Estimades: les recuerdo que en octubre debemos votar a presidente, pero puede que tengamos una vicepresidenta, lo que no incluiría el género LTGB y entraría en propia contradicción con los impulsores de este cambio de letras. A todo esto, las mujeres que se cuelan en los espacios tradicionales de hombres, digamos organizaciones no gubernamentales, clubes, uniones vecinales, de fomento, ganando protagonismo a merced de la ley de cupos y políticas de género, no suelen mostrarse muy amigables con la inclusión del colectivo LGTB en los equipos directivos. Son competencia desleal, pues ahora ya dejan de ser novedad.
-"Son épocas de cambios. La gente abusada comete abusos y las historias se repiten pero con nuevos estilos"- Dice Ramón, piscólogo y ferviente hincha de Ferro. Es una reflexión válida para alguien que vive al sur de la calle Córdoba en CABA. Si se tratase de una psicóloga que viviese en Talar del Lago la frase sería claramente anunciada de otra forma.
La traición, por caso, no responde a políticas de género: hay traidores (traidoras y traidoros) que desnudan su mediocridad como su grasa abdominal, en caso de que el precio sea adecuado. En todo caso adecuado sería una cuestión machista y misógina, pues presupone que sería un varón el que fijjara la tarifa.
Es demasiado, la chica pispireta ya envejeció, engordó y llora por los rincones. La perspectiva de derechos aún no la ha reinvindicado.