EDITORIAL | Autor: Redacción | 09-01-2020
Tolerancia cero
Tiempos violentos
Las noticias en el verano suelen estar supeditadas al clima de vacaciones. La globalización hace que las noticias recorran el globo al segundo y ese vértigo a veces produce el efecto contrario, la desinformación. La protagonista del verano la violencia.
El bombardeo de información hace que miremos sin ver, que perdamos de vista el análisis y la reflexión frente a los hechos.
Preocupados por el futuro de nuestras vidas, de nuestro país, este verano, con el cambio de gobierno estamos inmersos en cuestiones estructurales de la política que dictará nuestros destinos y de sus conductores.
Mar del Plata, siempre epicentro del verano argentino, atenta a las campañas anti “La feliz” pasa revista a los famosos que nos visitan como parte de la cartelera de espectáculos. Eventos, estrenos, fiestas marcan el pulso de enero.
En este sin fin de notas de verano, la violencia irrumpió mostrando el costado violento de la sociedad. Tiempos de cambio, tiempos modernos, pero, las conductas son parte de ese proceso lento que determina los cambios culturales.
¿Cómo puede ser que ir a un boliche, a una fiesta pueda terminar en una pelea entre jóvenes o lo que es peor en una golpiza por parte de la seguridad de un boliche?
A pocos días de que un patovica golpeara a un joven a la salida de un boliche en Mar del Plata, otra escena de violencia se vivió en Playa Grande, cuando un empleado de seguridad del local "Bruto" hirió a un chico.
El nuevo hecho ocurrió en la madrugada de este miércoles en la puerta del lugar. La víctima tiene 28 años y quedó inconsciente en el piso. Las imágenes fueron registradas en el teléfono celular de un testigo.
Lamentablemente este hecho no es el primero que sucede en los pocos días que lleva el 2020. El 2 de enero el custodio de un complejo de boliches de Playa Grande intervino en una discusión entre un grupo de jóvenes y golpeó salvajemente a uno de ellos, dejándolo inconsciente en el piso.
La agresión fue registrada por una persona que estaba en el lugar y grabó la brutal escena donde se ve que el patovica lo agarra por la espalda y lo tira al piso, se golpea la cabeza y queda inconsciente. Las imágenes fueron tomadas desde el estacionamiento de La Normandina.
A estos hechos locales se suma lo que le pasó a un joven turista argentino que terminó con fractura de mandíbula por una piña de otro joven rugbier uruguayo.
“Sin más a las manos”. Valga la distancia entre los hechos porque la violencia en manos de “patovicas” contratados como seguridad es una especie de “gatillo fácil”. La violencia como reacción para dirimir diferencias es una falta básica a las normas de convivencia. Las consecuencias pueden ser letales y la ley aplica con todo su peso al poner en riesgo la vida humana.
Esta mañana un periodista deportivo comentaba en las redes qué pasa con los jóvenes tenistas que en medio de un partido se ganan un warning por falta de conducta, agrediendo la silla del empire.
Las conductas son globales y debemos estar atentos a generar los cambios culturales que permitan vivir en armonía, respetando las normas vigentes, aceptando las diferencias y usando el diálogo como medio de expresión.