EDITORIAL | Autor: Redacción | 15-11-2020
Ser rico o empresario en Argentina
Un paÃs anclado en el siglo pasado
Cuando una sociedad basa sus fortalezas en la división de clases del siglo pasado, sigue mirando a Colón como emblema del enemigo, al emprendedor o empresario como explotador de las clases obreras, instrumenta medidas impositivas que frenan el progreso, saquean la clase media y provocan el éxodo de las inversiones en el paÃs, solo tenemos un resultado a la vista, la pobreza.
El dilema de la Argentina es superar sus paradigmas políticos, salir del siglo pasado, crecer, madurar basando su bienestar en la educación como acceso al trabajo y la vivienda. Parecen palabras de manual, o de perogrullo pero lo cierto que en estas décadas de banderas enarboladas en favor de la clase obrera y la ayuda a las clases más necesitadas, los políticos solo han traído más pobreza estructural, menos educación y una economía que pone a la Argentina entre los países más pobres de latinoamércica.
Argentina no busca soluciones superadoras a los problemas que enfrenta, vuelve a fórmulas que no han dado buenos resultados. El Impuesto a la riqueza es confiscatorio, anti inversión y alienta el éxodo empresario, según los tributaristas y un estudio de casos en Europa y América Latina.
Los cambios introducidos en el dictamen ampliarán el alcance del nuevo tributo, que se superpone con el gravamen sobre Bienes Personales, pero no tiene mínimo no imponible ni deducciones.
De frente a la nueva ley, la economía se retrae, las inversiones se paralizan o huyen y los argentinos nos resignamos a no salir adelante.
No se puede seguir con fórmulas económicas que graven un mismo bien para tributar tres veces.
El efecto de la implementación de la ley retroactiva a la fecha de sanción solo marcará la desconfianza a las inversiones y causará el efecto no deseado de no generar trabajo. Todo negativo.
La única lectura posible es el castigo sobre las empresas nacionales, la producción local y la generación genuina de trabajo.
¿Es esta la Argentina que queremos?