EDITORIAL | Autor: redacción | 06-02-2021
Superamos los 50.000 muertos
Cifra que asusta
Antes de cumplirse un año de la pandemia de COVID-19, instalada en nuestro paÃs, con sus cuarentenas, DISPO y ASPO mediante, tendremos que lamentar más de 50.000 muertes. Sin duda, el promedio diario y las estadÃsticas nos llevan por esos números. 50.000 argentinos que, no nos consta, podrÃan haber vivido e incluso podrÃan haber tenido una muerte más digna. Ahora, cuando nos comenzamos a preparar para la segunda ola, donde los datos de Europa refieren valores tan drásticos o peores que en la primera, con escasez de vacunas y desorden polÃtico sanitario, comenzamos a vivir un año calendario de elecciones legislativas. En el medio sigue la gente. Esperemos que los polÃticos, esta vez, estén a la altura de las circunstancias.
Hace casi un año referíamos a la definición de pandemia, según la OMS, que incluye a la de epidemia, que es la aparición repentina de una enfermedad que afecta a gran parte de la población, pero extendida a muchos países independientemente de la letalidad.
En nuestro país, la pandemia de coronavirus es la segunda en lo que va del siglo XXI, ya que la primera fue la gripe A, en junio de 2009, causada por una variante del Influenzavirus A (subtipo H1N1). Originalmente se la llamó gripe porcina, pero la OMS decidió denominarla H1N1. ? En agosto de 2010 se anunció su fin y tuvo una mortalidad baja, en contraste con la amplia distribución del virus, causando unas 19.000 víctimas fatales. En Argentina hubo 626 muertos.
La Pandemia del COVID-19 superará en 100 veces el número de víctimas fatales de las que tuvo la gripe A. La próxima pandemia podría ser la última en el planeta, si no nos preparamos como corresponde. La pregunta es ¿Cómo corresponde?. Seguramente el cambio de hábitos en las sociedades de masa, la redefinición de los estados invirtiendo otros montos en salud y educación y reduciendo el gasto militar. Posiblemente el mundo cambie para mejor, se adapte o perezca. La conducta individual, en suma infinita, deberá dar un resultado mejor. O nos sentaremos a esperar lo peor.