EDITORIAL | Autor: Lic. José Luis Dranuta | 07-09-2013
La realidad es global. La integridad no
Agresiones a periodistas. Violación a mujeres. Moneda corriente en el mundo.
Cientos de manifestantes protagonizaron una protesta silenciosa en Bombay por la violación en grupo de una periodista en esa ciudad india. Luego la policÃa detuvo a un hombre en relación con el ataque. Las autoridades confÃan en que otros cuatro sospechosos sean detenidos pronto. La joven de 22 años estaba sacando fotos en una fábrica de textiles abandonada, como parte de su trabajo, cuando fue atacada por el grupo. Un colega que se encontraba con ella fue atado y golpeado. El caso, similar al ocurrido en Delhi el año pasado, provocó indignación en el paÃs. La mujer está internada en un hospital y su condición es estable.
Cada año son más y más los casos de reportes de agresiones sexuales a mujeres de todas partes del mundo. Nosotros, aquí en Argentina, tenemos casos de agresiones sexuales a diestra y siniestra: algunos se denuncias, otros no. Algunos terminan en muerte, como el caso de Ángeles, otros, simplemente en el olvido.
La persona agredida es un ser que nunca más se recupera del hecho. El agresor sexual parece ser que es un ser que tiene una patología que no tiene cura. La sociedad mira, mientras no le toca. Incluso prestigiosos abogados salen a defender violadores ensuciando pruebas, embarrando la cancha. Si un hecho es delesnable no puede ser defendido. Evidentemente que aquellos que no tenemos formación en leyes no entendemos de los derechos del agresor.
De todas formas, países como Estados Unidos, Rusia, Alemania, por citar algunos importantes, llevan consigo realidades no muy distintas de países como India y Argentina, en materia de agresiones sexuales. Es decir, es un flagelo global. Aunque la integridad de las víctimas, claro está, es bien individual.