EDITORIAL | Autor: redacción | 02-08-2022
Plea man
El alegato
Diego Luciani, de 49 años, inició este lunes el alegato en el que exhibió las primeras pruebas para pedir la condena de la Vicepresidenta y el resto de los acusados en la causa que investiga la obra púbica que recibió la empresa Austral Construcciones entre 2003 y 2015.
Diego Luciani arrancó hoy una de las etapas más importantes para su carrera: de su alegato depende lograr la condena a la vicepresidenta Cristina Kirchner por asociación ilícita y defraudación al Estado. La decisión fue jugar a fondo: lo dejó expuesto en más de siete horas durante el primer día de alegato. Faltan ocho jornadas. En las redes sociales, su figura ya quedó dividida por la grieta. “Héroe”, “huevos” o “no dejemos solo al fiscal Luciani, ya tuvimos un fiscal asesinado”, decían carteles que mostraban su imagen. Del otro lado, sus detractores hablaban de “efecto mediático”, “lawfare”, acusaciones “sin pruebas” y “odio a Cristina”. Alguno incluso escribió que Luciani estaba sentado allí por orden del macrismo cuando, en realidad, llegó a ser fiscal por la firma de la ex presidenta, que hoy está en el banquillo.
El currículum de Diego Luciani dice que empezó como auxiliar en el Poder Judicial en 1993. Era un empleado de menor jerarquía cuando le tocó trabajar en el juzgado federal 9 de Comodoro Py, al mando del juez Juan José Galeano, el hombre que el 18 de julio de 1994 quedó al frente de la investigación del atentado a la AMIA y terminó destituido. “Diego era muy pinche, no estuvo en esa causa”, dicen en tribunales. Sin embargo, sí estuvo presente el día que Galeano le abrió una causa a un detenido que se comió el pebete de uno de los empleados. Ese episodio, recordado por Infobae recientemente, avergüenza a muchos de los estuvieron ese día trabajando cuando el edificio de Retiro todavía no se había inaugurado.