EDITORIAL | Autor: redacción | 02-10-2023
Un pobre debate
Nada
Quienes organizan este tipo de cosas parecen estar convencidos de que los debates sirven para que los indecisos finalmente se decidan, pero la realidad va por otro lado. A solo tres semanas de la cita con las urnas, casi todo el mundo tiene ya decidido a quien votar. Los debates -está comprobado- apenas si influyen sobre la intención de voto.
Si el debate argentino fue malo, mucho peor han parecido los comentarios que sobre él se publicaron. Para enfrentarnos a estos «análisis» al final se observa una superficialidad aldeana y del despiste periférico, que en buena medida explica por qué los salteños vivimos fuera del mundo, de espaldas al país que creemos controlar de taquito y adoptamos todos los días decisiones que nos alejan cada vez más de la realidad.
No vale la pena comentar el debate ni de sacar conclusiones. Ni los temas ni la personalidad de los candidatos parecen interesantes. Como a muchos, más que escucharlos desgranar sus discursos y lanzarse pullas, sería interesante verlos en acción, comprobar cómo reaccionan frente a los problemas y qué tipo de soluciones son capaces de poner en práctica.
La extravagancia y la provocación tampoco atrapan. Ser libertario es una cosa muy seria y ser vulgar es otra bien diferente. Tampoco "garpan" los políticos (ni las políticas) con gestos de piedra, empeñado/as en demostrar «carácter» y que prometen «mano dura».
En síntesis, un más de lo mismo mientras nos siguen cocinando a fuego lento.