EDITORIAL | Autor: Lic. José Luis Dranuta | 24-09-2013
Patch Adams y los payasos locales
La terapia de la risa como “política del empome”
El famosísimo médico internacional Patch Adams visitó nuestro país, una vez más, consecuente con su política de generar felicidad en los enfermos, en especial, en los niños que tienen afecciones terminales. A primera vista y en la gran paila que nos cocina a todos en nuestro país, podemos decir que Patch tiene imitadores en todos los estamentos de la sociedad: en días de campaña electoral aparecen payasos en todas las fotos.
Para nadie es un secreto que la risa provoca respuestas fisiológicas en el organismo que nos hacen sentir mejor, no ya por el hecho de reír en sí mismo, sino a niveles hormonales sobre los cuales se han realizado numerosos estudios.
Por ejemplo: un funcionario local se monta a una bici tándem de 3 tripulantes: foto 1. Otro reparte sonrisas con globos aerostáticos: foto2. Funcionarios se reúnen para analizar el pliego para traer desde China una draga: foto 3. Comienza la terapia… Existen días como hoy en los que extraño los periódicos que venían sin fotos. Si todos los políticos tienen vocación de payaso entonces esta ciudad es un gran circo. Sería la utopía de la Ciudad Sarrasani.
En definitiva no todos los políticos se prestan a fotos payasescas para acaparar votos. Lo que ocurre es que existe una inmensa mayoría que lo acepta y de buen grado. Al fin y al cabo estamos en época de campaña electoral.
La cultura de la imagen se comió a los textos, afirman los especialistas en comunicación. O sea que una imagen de bufón suma muchos más votos que una propuesta electoral. La pregunta que inmediatamente se desprende es que si nosotros votamos cautivados por la foto de polichinela de un político es como si nos dejáramos comprar por una entradita de prensa a la carpa del circo. Si ese político gana después de literalmente hacernos reír en campaña, en lugar de acercarnos una propuesta ¿por qué le pediríamos que gestione algo una vez que asumió el cargo? Patch “Parche” Adams nos recomienda "improvisa encuentros informales con vecinos, compañeros de trabajo, extraños, en los que cada uno traiga algo. Trabaja para vivir en familias ampliadas." Nuestros políticos, una vez más, distorsionaron el mensaje y lo convirtieron en menos que pelusa de ombligo. En estas elecciones las sonrisas y el "empome" están garantizados.