EDITORIAL | Autor: Redacción | 25-09-2013
El gasto educativo
Inversiones mal hechas
La polÃtica de subvencionar la oferta indiscriminada de educación está produciendo "gasto" educativo y no inversión. El gasto es aquello que no se puede recuperar, no cumple ninguna función y no tiene proyección de futuro. En todos los niveles lo estamos observando.
La educación provincial se está quedando sin alumnos en el nivel secundario. Aunque el mismo es obligatorio, los chicos, sin ninguna motivación y en este escenario de desconcierto, simplemente dejan de cursar. Intentan engancharse luego en el sistema de adultos pero si son menores de 18 años no pueden hacerlo. Se crea entonces estadios intermedios para que los chicos terminen, como el plan FINES, el CESAT, el COA. En todo caso se duplica la carga de docentes y el gasto operativo. Los resultados son cada vez peores.
Los cursos barriales quedan despoblados de alumnos. Los docentes, por supuesto, siguen cobrando el sueldo. Los centros de formación profesional de la ciudad no tienen matrícula activa, puesto que el desgranamiento es del orden del 75 al 90 % en algunos cursos.
En este marco es muy difícil aseguarar la calidad. No se trata de poner dinero solamente: se trata de ver cómo y dónde el dinero de los contribuyentes dará su mejor resultado.
Si de inversiones se trata, la parte edilicia de algunos establecimientos está tan mal que es casi imposible dictar clases. Pero cada vez se crean más cargos y más carga horaria docente. Sin duda que el sistema en estas condiciones colapsará antes de la finalización del mandato de estas autoridades nacionales, provinciales y municipales. La noticia no es buena porque la educación, junto con la salud, la justicia y la seguridad son las cuatro patas de la mesa en la que se apoya nuestra sociedad.