EDITORIAL | Autor: Lic. José Luis Dranuta | 27-10-2013
El dÃa ha llegado, entonces llegó el dÃa
Esto de la lógica es lógico
Esta editorial deberÃa dedicársela a una persona en particular que en una ocasión me dijo que me dedicase a la polÃtica y que, cualquiera fuera la situación personal en la que nos encontrásemos yo contara con su voto. Por supuesto que esa persona debe ignorar que hoy le dedico el recuerdo y, seguramente ha olvidado esas palabras que me dijo una vez, hace ya tantos años. Es el problema de la probabilidad, o la ley del cincuenta por ciento. De hecho, desde que CaÃn mató a Abel las probabilidades del hombre son cero coma cinco.
El día que amanecemos y votamos, los candidatos saben que sus probabilidades son cero cinco. Se trate del candidato que sea, esté del lado que esté, hoy es el día en que comprende que después del escrutinio puede ser que gane o puede ser que no. Es como la historia del descuento del cincuenta por ciento. Siempre hay una forma de conseguir lo que deseamos por la mitad de su valor pero generalmente terminamos pagando el doble de lo que vale.
El lunes comienza el resto de lo que falta para terminar algo que comenzamos hace tiempo. Es decir, no mucho. Me recuerda a la famosa anécdota de Bleger con Pichón Riviere y la posibilidad de que les tiraran bosta al llegar a Rosario. Pichón era transgresor y lo que él decía, ya se había pensado antes. Habría que suponer que Pichón no existió, que él somos nosotros. Si, como dijo Alfredo Moffat, psicólogo social, todos pensamos lo que él pensó, él viene a ser como el resumen de nosotros.
Si el candidato que gana viene a ser el resumen de lo que aspiramos, podremos convenir que todos somos aspirantes a candidatos de algo. Por cierto deseo ser el aspirante al primer viaje en el tiempo y así volver a los famosos setenta, con edad para conversar personalmente y entender a Pichón Riviere. Para decirle al General, que decidió volver para “tirar sus huesos en estas tierras” que su exilio no fue en vano. Para decirle a Cámpora que en el futuro lo recordarán como símbolo de la juventud maravillosa versión 2.0 y para decirle a esa persona que me puso la idea en la cabeza de meterme en la política que recuerde su promesa. En una de esas en el futuro, desde aquel pasado, lo haga, y volvamos a vivir días como estos.