EDITORIAL | Autor: redacción | 28-11-2013
Perder - ganar
Términos absolutos en una sociedad relativa
Es posible que muchas veces usted, estimado opinauta, haya experimentado que perdiendo ganó. O que, al revés, ganando perdió ¿cómo puede ser que un término se asocie a su opuesto y en qué situaciones esto es aplicable?
En las elecciones PASO daba la sensación de que todos habían ganado. Era entendible porque obteniendo el piso de votos todos seguían en carrera. Lo llamativo es que en octubre no todos ganaron y sin embargo todos alinearon el discurso como si lo producido hubiese sido un hecho auspicioso. A nivel oficial el partido gobernante perdió. Sin embargo como consevó mayorías en las cámaras se vivió desde los medios oficiales como una victoria. Obtener 10 puntos menos que el primero y casi 25 menos que lo que se conquistó en 2011 pareció no ser importante.
La ganadora local, Vilma Baragiola, obtuvo el mayor porcentaje, pero fue la primera minoría. Se terminó el tiempo de mayorías arrolladoras y todos se tienen que poner a trabajar, a discutir. En este caso todos los perdedores puede ser que nos hagan ganar un espacio más plural. Es como cuando uno pierde un partido de tenis, por ejemplo, pero se consuela diciendo jugué mejor que antes. Tal vez los hechos, ambos, sean verdaderos. Pero no puede ser lo mismo ganar que perder. Y el principio de comenzar a valorar una victoria es saber reconocer una derrota.
En la vida real, cuando no existe lo ficticio de una competencia deportiva, el modelo ganar-ganar parece ser lo más indicado. Sin embargo es muy pocas veces aplicado. Las negociaciones ganar-ganar son un contraste con las negociaciones ganar-perder, en las que solo un negociador sale beneficiado. Al negociar con alguien con quien planeás tener una relación futura, querrás sentir que ambos están haciendo un buen negocio. De lo contrario, la otra parte podría no negociar contigo otra vez. Una verdadera situación ganar-ganar es aquella en la que el acuerdo no se puede mejorar aún más.
Terminada la contienda electoral nuestra sociedad debe encaminarse al modelo ganar-ganar, por el bien de todos nosotros. Aquellos que ganaron y los que no, o sea que perdieron, van a conformar esta nueva versión del Concejo Deliberante, el Senado Provincial y la cámara baja del Congreso Nacional. Depende tal vez de lo cerca que miremos estos procesos para que nuestros representantes sientan y nos convenzan de que los arreglos futuros que hagan son lo mejor que podría suceder, o sea, insuperables. Aunque en la práctica la mayoría de nosotros alberguemos unas cuantas dudas.