EDITORIAL | Autor: Lic. José Luis Dranuta | 05-12-2013
Travesuras de estudiantes
Los chicos tienen estas cosas
Esta maravillosa juventud universitaria está forjando nuestro porvenir como Nación. Lo bueno de las luchas clasistas y las garantÃas es que, casi con seguridad, dentro de 30 años estos jóvenes tendrán de que vivir: el estado les asignará una pensión de 6000 pesos (o lo que corresponda en el 2043) por haber luchado y defendido los derechos de la educación pública.
Juventud, divino tesoro. La izquierda, nos decían allá por los noventa, es una patología que se pasa con los años. Cuando uno crece se vuelve de derecha. Todos menos el eterno juvenil Víctor Hugo Morales que a su maduritud descubrió las fervores y favores de ser progre.
Está bueno ver esto de cómo se va mutando el discurso y hacia dónde vamos como sociedad. Todo se justifica, todo se simplifica en una palabra: caos permitido (perdón eran dos).
Mientras tanto en la nueva ciudad gótica, en una asamblea marcada por los episodios de violencia, el vicerrector y decano saliente de Ciencias Económicas, Alberto Barbieri se impuso a Federico Schuster por 146 votos a 44. Liderará la UBA entre 2014 y 2018.
Entonces, estos señores que parecen serios, y los otros de primera apariencia de vándalos, se transforman en parte de un todo armónico que se acostumbró a funcionar de esta forma. La violencia como mecanismo de comunicación y canal para que fluyan los reclamos, tal vez legítimos.
Entonces los piqueteros de las agrupaciones barriales, pseudo sindicales y comandos políticos marginales pasan a tener la misma legitimidad que los sindicatos inscriptos, los partidos democráticamente constituidos y los sistemas orgánicos. La lucha eterna entre el orden y la anarquía estuvo fogoneada por sectores del gobierno que coquetearon con estos “pibes” que ahora están desmadrados. En todo caso nadie se hace cargo de ellos y nadie fue. Al igual que los inconscientes que se animaron a la alocada empresa del copamiento de La Tablada, allá por 1989 en el que al momento de realizarse el ataque en la conducción del MTP se encontraban, además de Gorriarán Merlo, otros que como él habían militado en el ERP pero que habían estado en la cárcel hasta el retorno de la democracia a la Argentina en diciembre de 1983, como Francisco Provenzano, Roberto Felicetti y Carlos Samojedny.
Dentro de unos años estos jóvenes inquietos darán que hablar en los escenarios políticos donde se mezcle violencia y descontrol. Tal vez no sea necesario esperar mucho para comenzar a conocer el nombre de nuevas víctimas y victimarios que se usarán como estandarte de agrupaciones, plazoletas y aulas universitarias. Y todo gira, porque la rueda no debe parar.