EDITORIAL | Autor: Lic. José Luis Dranuta | 13-01-2014
¿Me permite el libro de quejas, señor cuidacoches?
La realidad vuelve a supera la ficción
A los trapitos que cortaban la calles para que los dejen extorsionar a vecinos a principio de temporada, se suma este nuevo dislate, aparentemente impulsado desde el Concejo local. Crear un registro oficial de una actividad ilegal, incluyendo libro de quejas para manifestarse en caso de que el trapito venga de apriete.
OPINION22 superó los 56000 seguidores en Mar del Plata precisamente porque es independiente, estimado OPINAUTA. Como lo es usted o yo, en forma individual. Un día pensamos alineados a una causa, otro día nos oponemos, en un marco de respeto. Lo que no me cierra es en qué parte de la convivencia social está el hecho de que tegamos que aceptar que se nos extorsione con un tipo parado al lado del auto, que de por sí ya jode e interfiere en el estacionamiento del mismo, en aras de aceptar la marginalidad como un hecho habitual.
Veamos, estas son simples razones que quiero exponer:
1.- Un trapito NO TRABAJA. Para que haya un trabajo debe haber un contrato de partes, que aquí nunca se manifestó ni de hecho ni de derecho.
2.- SI legarizásemos los trapitos esto podría traer aparejado el tráfico de licencias, subarrendamiento de las mismas, alquiler, corporativización de las mismas, etc.
3.- Así como pasó con los vendedores de tarjetas de estacionamiento, que en la época de Russak eran personas independientes que trabajaban a destajo, se podría dar el caso de la municipalización de los mismos mediante alguna argucia legal.
4.- La función del trapito en la sociedad es, a todas luces, inutil. No previene el robo total o parcial del vehículo, no está armado, naturalmente no te defiende ni tiene porqué hacerlo. Si lo que se pretende es legalizar a los mendigos, propongo en todo caso que se abra un registro de vagos, liciados, mendigos y demás y que todos los que viven de la rapiña callejera estén en igualdad de condiciones.
5.- Cada propietario de un vehículo tiene una responsabilidad civil por él. Qué sucede si el trapito se accidenta en el vehículo de uno cumpliendo una función laboral ¿Quién responde por ese accidente? El seguro automotor podría allanarse y sería el particular o el municipio el que cargue con el bulto.
6.- La tarea de trapito tendría entonces que estar sindicalizada, poseer una ART, aportes jubilatorios y obra social ¿Estaría regulado su honorario? ¿Sería trabajo insalubre? ¿A qué edad se jubilaría un trapito?
7.- Existiría un conflicto legal de intereses, como ya lo existe de hecho hoy en día, entre el trapito y el agente de tránsito, junto con el expendedor de tarjetas de estacionamiento. En todo caso el ciudadano estaría pagando dos veces por el mismo servicio.
8.- ¿Quién determinaría las cuadras a asignar para cada trapito y qué cuadras son suceptibles de ser "trapiteadas"?
9.- ¿Quién sería la autoridad encargada de leer las quejas y devenires de la gestión de cada trapito?¿Cómo se selecciona un trapito y se descartaría al otro?
10.- ¿ Cuál sería la incumbencia profesional y formación previa requerida para ser trapito? En todo caso ¿qué sucedería con las jurisdicciones si a determinadas personas de otras partes, por ejemplo, se les da por venir a hacerse la temporada y trabajar de trapito.
Como verán, infinitas dudas agrupadas en diez puntos, y sin solución de continuidad. Evidentemente que esta medida que se pretende implementar, verde desde todos los aspectos, no va a traer nada bueno para el ciudadano común. Según las noticias esta iniciativa estaría impulsada por la Concejal Baragiola. Sin pretender hacer ningún otro juicio de valor, creo que es tiempo de que nos pongamos a pensar en serio qué tipo de ciudad y qué tipo de sociedad queremos. Y por las dudas me postulo para Supervisor o Director General de Trapitos de Mar del Plata. Cuento con su voto, querido OPINAUTA.