EDITORIAL | Autor: Lic. José Luis Dranuta | 16-01-2014
Atención, Dr. House, presentarse en Mar del Plata, urgente
Todos mienten
La ciudad está blindada y por eso los ladrones desisten de su accionar. En enero hubo más turistas que el año pasado. La temporada es un éxito. La presidente está en pleno ejercicio de sus funciones. En Boca reina la paz y la calma. La inflación anual fue del 10,4 %. Demasiadas frases para un diagnóstico que suena a autopsia: somos esto, una mentira constante.
Una vez el Dr. House le dijo a una paciente: “…¿Preferiría un médico que le coja la mano mientras se muere o uno que le ignore mientras mejora? Aunque yo creo que lo peor sería uno que te ignore mientras te mueres…” Evidentemente que este razonamiento sería extrapolable a nuestra realidad social y económica nacional, provincial y municipal.
El mismo famoso doctor de la ficción lanzó una frase que casi podría ser nuestro epitafio social "escucharé tus acciones más que tus palabras. Son más honestas" En fin, el año 2014 no es la excepción y nuestros gobernantes se han acostumbrado a que la mentira es el vehículo de comunicación de las novedades. Nosotros, casi inmunizados contra tanta soncera, asentimos con la cabeza y reposamos en la olla en la que nos van hirviendo, lentamente, como la fábula del sapo. Mar del Plata está peor que el año pasado. Todos los comerciantes lo saben. La ciudad no está más segura que antes, ni siquiera, con este montaje policíaco de escena dinámica. La presidente (o presidenta) no da "un palo al agua" y todo su entorno le maneja la agenda, peleando como hienas carroñeras por el botín residual.
La cosa así pinta fea. Los capítulos de Dr. House, aún con el morbo del sórdido doctor, solían terminar un poco mejor. Tal vez si nos sinceramos un poco, aunque sea con amarga realidad, mejoremos algo y comencemos el camino de regreso. Ya saben, queridos OPINAUTAS; de aquel Everybody lies a este presente hay un clic, un cambio de pantalla. Minimizarla o cerrarla para abrir una nueva está en el mouse de cada uno de nosotros. Es cuestión de animarse.