EDITORIAL | Autor: Lic. José Luis Dranuta | 02-02-2014
Ortega y Gasset, y el "banquitoparacagar"
Una de Domingo
En 1939 José Ortega y Gasset nos decÃa desde una conferencia en La Plata: "¡Argentinos, a las cosas, a las cosas! Déjense de cuestiones previas personales, de suspicacias, de narcisismos". Ahora que sabemos que existe el "banquito para cagar" creo tenemos que unir las puntas de esta cuerda y ponernos a hacer lo que más sabemos: cagar indiscriminadamente.
Ortega conoció a la Argentina en época de crisis. Su mandato "¡argentinos, a las cosas!" surgió de una relación íntima con el país, incluidas sus mujeres, y de una añoranza de "vida criolla". Ese mandato suponía un diagnóstico que aun tiene vigencia: el fondo de descontento y tristeza de los argentinos, su sensación de ambiciones frustradas por anticipado, la búsqueda de modelos antes que de soluciones propias, les impedía usar a fondo su excepcional capacidad.
En Estados Unidos surgió la idea de romper con el inodoro tradicional. Ahora los "reyes del mercado superfluo" fabricaron el banquito que permite cambiar la posición del acto supremo por 25 dólares, mientras explican que Michel Jackson tenía como veinte quilos de materia fecal en el cuerpo el día que murió y Elvis Presley muchos más (ya que estaba bien gordo por ese entonces).
Imaginen el banquito de Boudou, de Kicilliof, de Capitanich, por ejemplo. El banquito de nuestro ahora "beatificado" ex secretario Moreno. El banquito de ella debe tener agregado de piedras preciosas y una imagen holográfica de un pimguino de peluche. Cada uno puede dejar volar su imaginación en este espacio para pensar en el banquito del otro. Como el mandato de Ortega y Gasset, cincuenta años despueés de su muerte, hagamos algo productivo; si así no más somos los reyes mundiales de las cagadas con un banquito adicional ni les cuento.