EDITORIAL | Autor: redacción | 04-02-2014
No pudimos con Fognini, faltó que jugara Francisco
Cuando no hay, no hay
En un viejo programa dominguero, Alberto MartÃn solÃa decir la frase "cuando no hay, no hay..." y eso explicaba todo. Este fin de semana pasado vimos cómo nuestros muchachos de la Davis se pelaron el lomo para perder decorosamente, y asà fue; se perdió con dignidad.
Los chicos del doble, el gordo Schwank y Cebolla Zeballos mostraron garra, militancia, compromiso. Tenis mostraron poco, digamos, lo que tienen. Con eso llegaron a hacerle frente a dos grandes tenistas, uno de ellos muy superior a todos los demás, propios y contrarios, de la serie: Fabio Fognini se hizo de los 3 puntos que jugó y nos mandó al repechaje, mientras le gritábamos cosas desde la tribuna y le queríamos enseñar a los tanos a "hacer quilombo", cosa que para ellos es como respirar.
Pico Mónaco, el eterno errático, mostró tantos huecos en los entrenamientos, que aquellos que pudimos asistir a verlos de cerca imáginábamos escenarios de 4 a 1 ó 5 - 0 para los Italianos. Por cierto, si el Papa siguió la Davis por TV, como Delpo según los tribuneros desencantados con el baile que nos comimos, sabrá que los argentinos somos "tanos" que hablamos castellano y vicecersa. El párrafo aparte, sin duda, debe llevarlo sobre sus espaldas Berlocq, el eterno gladiador de las causas perdidas, casi rememorando la epopeya de Lucio Mansilla en "La Vuelta de Obligado" fue a luchar con nada contra los gringos.
Así, soberbios y derrotados, entre el cielo y el infierno, humillados y bendecidos, vimos pasar la Copa Davis por segunda vez en Mar del Plata, para atar la segunda derrota más dolorosa de la "Maldita Davis" de los últimos años. Se viene un horizonte de Nalbaldian Capitán, posiblemente, con acuerdos con la Gobernación de Córdoba de por medio para que los que la miraremos por TV seamos los marplatenses, la próxima edición, claro. Aunque los periodistas locales y los funcionarios se empecinen en decir que no hay que buscar esoterismos y que la cosa fue un éxito vamos a llamar a esta Davis por su nombre: FRACASO, deportivo, nos comimos el gran baile, organizativo, el patinódromo no estuvo a la altura de los hechos, económico, nos queda una deuda altísima para las arcas de los marplatenses y moral: nos dormieron con cuentitos, una vez más.