EDITORIAL | Autor: redacción | 13-02-2014
"Otra partida de dados", para don Julio Cortázar
El recuerdo de Tomás Alva Negri
Este libro de Tomás Alva Negri, un autor desconocido para el común de la gente, podrÃa ser el homenaje más sentido para Cortázar en el recuerdo mediático de los 30 años de su desaparición fÃsica. El K más radiofónico, VÃctor Hugo, se trasladó a ParÃs e hizo su programa desde el cementerio. Es como si el relato oficial también quisiera ponernos en caja de a quiénes debemos venerar y a quiénes olvidar.
Este pintoresco escritor, por cierto más que recomendable, nació en 1931. Fue Poeta y ensayista, cursó estudios en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Buenos Aires. Colaboró con los diarios La Nación (PK), Clarín (PK), La Opinión, La Prensa (PK), El Día de La Plata (PK) y La Capital de Rosario (PK). Tuvo una activa producción literaria como poeta, narrador y ensayista. Se desempeñó como Embajador y en cargos adjuntos en Europa, Indonesia, EE.UU., Canadá e Inglaterra. Publicó trabajos en distintas revistas del país. Realizó conferencias en instituciones culturales en nuestro país y en el extranjero. Perteneció a la AACA y AICA. Miembro de la Academia Argentina de Artes y Ciencias de la Comunicación y del Instituto Internacional de Literatura Iberoamericana de Pittsburgh, EE.UU.. Fue distinguido con la Faja de Honor de la SADE, la Pluma de Plata del PEN Club Internacional y el Premio Libro del Año de la AACA. Falleció en 1999.
¿Por qué su recuerdo? En uno de los ensayos-relatos que muestra en "Otra partida de dados" habla de un friqui de Marilyn Monroe que se compra la parcela de al lado de su tumba. Imagino a Juilo Cortázar ayer, arrepentido de no haber comprado las parcelas lindantes a la suya para tener ese anónimo, individual y merecido descanso, en cierta forma ultrajado por el homenaje impostado de los "zurditos" de turno.
La asociación es libre, el pensamiento también. "Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos." lanza Julio; "Una vida perfectamente olvidable", retruca Alva Negri.
La Maga se escabulle por un cafetín parisino a la altura de Los Gobelinos. Mientras regreso de mis ejercicios matutinos por los Jardines de Luxemburgo me espera ella, con un café y un cigarrillo. Es etérea y me va a abandonar. Nos vamos a abandonar. Agito el cubilete y lanzo los dados.