EDITORIAL | Autor: Lic. José Luis Dranuta | 17-03-2014
Desde que estrenaron el canto que Boquita no pega una
Los buscadores de coincidencias se harÃan un festÃn con el dato. Desde que los jugadores de Boca ganaron el superclásico del torneo pasado, de visitante y sin público bostero que alentara, se produjo un extraño suceso.
Los jugadores vencedores de aquella contienda cantaron abrazados en el centro del campo de juego "...River decime que se siente". En la fecha siguiente, sobre los treinta minutos del segundo tiempo, con complicidad de dirigentes e hinchas, suspendieron momentáneamente el partido. En ese momento le estaban ganando 1 a 0 a Rosario Central y el equipo estaba super enchufado. Desde las tribunas comenzó a bajar el "...qué se siente...", desde la pantalla gigante se mostraba a los jugadores festejando y aquella distracción devino en el empate "Canalla". De allí en adelante, en cada partido que se escuchó el qué se siente, Boca fue una lágrima.
El colmo fue en esta octava fecha. Cuando bajó el susurro de la tribuna Bostera, sobre los treinta y nueve minutos del segundo tiempo, Pisculicci clavó un golazó, sellando el empate de Argentinos y relegando a los mediocres muchachitos de Boca, hinchada y jugadores incluídos, con el cantito para otra oportunidad. Así las cosas, esta especie de maldición de Tutankamón pero en el Torneo Final 2014, que en Argentina se juega al principio del año, parece ser el principio del final de una era. Riquelme y Bianchi ¿qué se siente?