EDITORIAL | Autor: Lic. José Luis Dranuta | 05-05-2014
Crónica de un tipo (niño) solo
En el aniversario del estreno de la obra del genio Leonardo Favio
Si no fuera porque Leonardo Favio inventó aquella mÃtica obra del cine argentino, a la postre considerada la mejor de todos los tiempos, se me hubiera ocurrido escribir la crónica de un OPINAUTA solo, al que le birlan el sueldo con inflación, lo engañan desde todos los medios de comunicación, lo roban en la parada de colectivos y le muelen a palos a un hijo o esposa en la puerta del colegio, mientras las autoridades, impávidas, miran para otro lado y siguen cobrando el sueldo. Si fuera norteamericano se me hubiera ocurrido la "crónica del payaso Krusty". Claro que antes fue inventada por Matt Groening.
Dirigida por Leonardo Favio, uno de los más destacados cineastas de nuestro medio, este crudo retrato del desamparo fue interpretado principalmente por niños, con Diego Puente en el protagónico, acompañado por Tino Pascali, Beto Pianola, María Vaner y María Luisa Robledo. Una encuesta del Museo Nacional de Cine Argentino realizada entre críticos, historiadores e investigadores, la consideró la mejor película de la historia del cine argentino.
Krusty, en cierta forma, también sufrió la soledad y el desprecio de su padre, que no veía con buenos ojos que fuese payaso. Años después se reconcilió con su progenitor, gracias a la mediación de Lisa y Bart Simpson, que de paso le propusieron que hiciese su campaña para una banca en el Congreso de los Estados Unidos.
Más por nuestras latitudes, el Caballero Rojo de la Troupe de Karadagián (el ex diputado Nacional Imbelloni) nos hizo vibrar con su idea de justicia, sobre las cuerdas del ring, los domingos por la tarde. Claro que ser legislador es otra cosa ¿o no?
Como sea, me siento en absoluta e impía soledad. Los dirigentes de nuestra sociedad, que son un emergente de nosotros mismos, son personajes a los que Favio o Matt Groening no pudieron ni siquiera imaginar. Sigo pensando, tal vez en la temporada 2015 escriba el best sellers del ser nacional... y popular.