EDITORIAL | Autor: Lic. José Luis Dranuta | 23-05-2014
Planeta mentira
Cada uno puede vivir donde más lo desee
Las personas que viven en un mundo de mentiras están apresadas por el miedo. Aunque puedan decir que son vÃctimas de las circunstancias de la vida que les ha tocado, lo cierto es que eligen resguardar la verdad ya no de los demás, sino de ellas mismas. Procuran ocultar, ignorar y rechazar partes de sà mismas que intentan expresarse dentro, lo cual puede resultar agotador. Si ven ese intento de expresarse esas partes de sà mismas en el exterior de sus propias personas, por ejemplo, que lo diga otra persona, el miedo responderá como la homeostasis de una célula
Ejemplo: un chico asocia el cuestionamiento de Dios con algo malo. Evita hacerlo -aunque una parte de él mismo desee hacerlo- y, por consiguiente, si ve a alguien que lo hace sin miedo (como quiere hacer esa parte de sí mismo que reprime), se enfada y le ataca, intentando inconscientemente que ese alguien sienta el mismo miedo que él (en general, todos buscamos de alguna forma que los demás se sientan como nosotros).
Es comprensible que, quien está acostumbrado a vivir gobernado por el miedo, esté debilitado y le duela toda información o acto que vaya en contra de cómo haya dispuesto el mundo interior ese miedo. Viene a ser como tener un tirón muscular que, si no se alivia (quita el miedo de encima), dolerá moverlo en ciertas formas o ángulos. En fin, breve pero real; y cualquier parecido con nuestra realidad política local de estos días, no es pura coincidencia.