EDITORIAL | Autor: Lic.José Luis Dranuta - Columna de Federico Vázquez | 17-06-2014
¿Guerra de buitres contra los estados?
¿Qué hay de malo en ser buitre?
A partir de la decisión de la Corte de los Estados Unidos, cuyo fallo perjudica a nuestro paÃs y beneficia a los tenedores de la deuda remanente o residual, que no ha entrado al canje, comenzamos a leer el término "buitre" como si se tratase de una cuestión de calificativos. El matrimonio K basó su fortuna, por ejemplo, en comprar hipotecas de inmuebles por menos del 30 % de su valor real ¿Cómo se las llama a esas operaciones? Por supuesto que cuando el estado interviene moderan otras razones pues lo que se decide no es si se paga o no una deuda sino cómo, cuándo, cuánto y dónde. Muy pocas veces se sabe verdaderamente quién la contrajo.
Federico Vázquez dice que "la decisión de la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos tiene obvias consecuencias para la economía argentina, pero también muestra el grado de descomposición del actual orden internacional, basado en el reinado de las variables financieras por encima de cualquier decisión de los gobiernos nacionales, El final de la reestructuración de la deuda argentina se da en un mundo donde la vieja arquitectura de poder está en declive, pero donde los mapas alternativos, basados en la articulación de los países emergentes, aún están en período de gestación".
Si bien el concepto es correcto, o parcialmente correcto, deberíamos saber qué sucedió para que a nuestro país se lo condene de esta forma y quiénes son los tenedores reales de los bonos que van a ganar más de 1600 % en dólares en muy poco tiempo, si se cotejan los valores nominales de adquisición del bono y de recupero del mismo.
Argentina tiene una deuda externa que ronda el 30 % del PBI. Mucho más que Chile, que tiene el 14, Ecuador, el 19 y Perú, el 20 %. Brasil, el gran emisor latinoamericano de deuda, tiene más del 120 % de su PBI y así y todo es un país viable. Nosotros nos asustamos por la deuda como si ella en sí misma fuese mala. Es uno de los tantos mitos más que tenemos, como que el neoliberalismo fue el culpable de nuestra situación actual, que este seudo progresismos vendría a solucionar.
Como sea, nuestro mal endémico, una vez más es la corrupción de los gobernantes y la desidia generalzada. Desde el empréstito de Rivadavia, a la fecha, fueron muchas más las situaciones de endeudamiento contraidas sobre la base de episodios de corrupción y coimas, que las que realmente tuvieron un destino de desarrollo y productivo.
No vaya a ser, que en el fondo, nos enteremos que los tenedores de la deuda son, entre otros, compatriotas nuestros incluso vinculados al gobierno y a los sectores de poder. Porque entonces, una vez más, la realidad superaría la fantasía.