EDITORIAL | Autor: Redacción | 24-06-2014
Asà tampoco sirve
La policÃa comunal, mamarracho provincial
El proyecto de policÃa comunal que se trata en la provincia, amenaza con convertirse en un fracaso mayor que el que se pergeñase en 2013. La base de esta policÃa se harÃa con financiamiento mayoritariamente a cargo de los municipios. Los policÃas comunales no podrÃan hacer detenciones ni averiguación de antecedentes y no podrÃan portar armas cuando se van a su casa. Dadas las circunstancias serÃan algo asà como un boy scout pero pagado con nuestros impuestos municipales, que ya son altÃsimos.
Intentar hacer un análisis anticipado nos coloca a resguardo de las estupideces que nuestros legisladores provinciales amagan sancionar en esta semana. Si el proyecto de policía comunal progresa así, como lo propone la gente de Scioli, esto se va a transformar en el mayor fracaso de la gestión, que ya acumula algunos records absurdos: gastos de recitales, movilidad de los asesores, sobregiro financiero, por citar algunos.
La provincia está en llamas, con una emergencia en seguridad, con una policía bonaerense desarticulada, inoperante, con móviles policiales deteriorados, sin insumos, sin garantías. Por otro lado, basta con mirar cualquier ciudad de la provincia y ver a los policías en servicio en la calle, enviando sms a sus amigos, paveando en las esquinas en rondas, tomando mate dentro de los negocios que deben vigilar, desatentos de su función. No hace falta un estudio de campo muy avanzado, cualquiera que recorra un poco La Plata, Mar del Plata, Tandil, Necochea, Nueve de Julio, Chivilcoy, Villegas o Campana, por citar algunas de la ciudades, va a observar situaciones comunes. Si nos aventuramos a pensar en el gran Buenos Aires la problemática es mayor. La delgada línea entre la ley y el delito es atravesada sistemáticamente por muchos efectivos.
¿Qué va a solucionar la policía comunal? ¿Va a hacer que los procedimientos de detención de criminales sean más rápidos?¿Va a prevenir el delito próximo, o la vandalización de colegios y espacios públicos?¿Van a pasársela mandando sms con sus telefonitos, con la vista puesta en el piso, como la policía provincial actual, o como los efectivos municipales de tránsito?¿ Si Pulti y los suyos no pueden poner en caja a los muchachos de tránsito, para que hagan su trabajo correcto, podrán hacerlo con esta nueva fuerza?¿Cuál va a ser el costo real por ciudadano que nos va a salir esta iniciativa?
Una vez más muchas preguntas y escasas respuestas. Todo se va a definir con una mano levantada y una publicación en boletín oficial. Intentemos, por lo menos esta vez, no olvidarnos de las caras de nuestros legisladores y de la decisión que hayan tomado, al momento de pronunciarse. El futuro inmediato necesita que los responsables queden identificados.