EDITORIAL | Autor: Lic. José Luis Dranuta | 01-07-2014
No tengo miedo
Robben y el Bebote Álvarez se parecen en algo más que el género
Robben pidió perdón luego del "picinazo" que fabricó en tiempo de descuento y devino en penal, que dejó afuera del mundial a México. Luego pidió perdón por el hecho, luego desmintió el pedido de perdón y dijo que no tiene miedo de que la FIFA lo sancione. El Bebote Álvarez, con prohibición internacional de ingresar a los estadios de fútbol, por ser un barrabrava, muy violento por cierto, se saca fotos en el VIP del estadio durante el partido de Argentina y dice que no le tiene miedo a nada. Se viene la ola de machos valientes.
Pablo Álvarez, mejor conocido como Bebote, estuvo en el último duelo de la Selección Argentina en el Mundial de Brasil frente a Nigeria, cuando el elenco que comanda futbolísticamente Lionel Messi derrotó al elenco africano por 3-2.
Pese a la prohibición que la justicia brasileña, con la ayuda de la Argentina, dispuso para el ingreso de los barras al país, Bebote logró entrar a territorio brasileño después de cruzar el paso fronterizo de la localidad de Santana de Livramento, lindante con la ciudad uruguaya de Rivera, en la madrugada del miércoles, sin dejar registro de su identidad ante las autoridades migratorias del país. De acuerdo con las investigaciones realizadas, Álvarez salió de Argentina a la 1 por el puente Colón (Entre Ríos)-Paysandú (Uruguay) en su camioneta personal.
Arjen Robben se disculpó tras la victoria de Holanda ante México por un "piscinazo" que realizó al inicio del segundo tiempo y que Pedro Proença no consideró, acertadamente, como penal.
"Quiero pedir perdón porque ha sido un 'piscinazo'. No debería haber hecho eso, fue una estupidez. Horrible", declaró a los medios holandeses tras el choque, después de las críticas del seleccionador mexicano Miguel Herrera.
Como verán, queridos Opinautas, el mundial es un hecho antropológico que nos iguala a todos, hombres al fin, llenos de pasiones y miserias, con el único objetivo de ganar, sin importar el costo, ni la ley que se vulnere. Tal vez por eso sea tan atractivo, puesto que nunca, en la vida, en tan poco tiempo se puede representar toda la existencia del hombre, como tal. Al fin y al cabo todos seguimos pegados a la pantalla ¿o no?