EDITORIAL | Autor: Redacción | 08-07-2014
Universidad para todos con resultados para nadie
El gran fracaso de la educación superior pública
Hoy como nunca asistimos a los peores desgranamientos de matrÃcula en le educación universitaria pública. Esta deserción escolar llevada a los niveles más altos del sistema obedece al desmadre que se muestra en el ingreso y gestión de la permanencia del alumno, sumado al recargo del tiempo académico que le lleva en promedio egresar de una carrera pública a un alumno medio. Un combo fatal para un desastre anunciado: la educación pública superior es cada dÃa más cara y más mala.
Si se nos ocurre mirar de forma retrospectiva la cantidad de manifestaciones de los alumnos de las universidades nacionales pidiendo condiciones dignas para ser educados, en los últimos diez años, caeremos en cuenta que la inmensa mayoría de nuestros alumnos universitarios estudian en "pocilgas", con deficientes instalaciones edilicias, escasa ventilación, en clases de escaso valor pedagógico y sin recursos tecnológicos complementarios.
Si a nuestra excelencia pretendida le restamos calidad al nivel de vida esperado durante el estudio y permanencia de un alumno en las aulas de la universidad y sus espacios complementarios, nos daremos cuenta que no pueden salir buenos profesionales, competitivos y acreditados, de tugurios desvencijados como los que se utilizan en nuestra universidad ¿Quiere ejemplos? Si escaparnos muy lejos de aquí, la Facultad de Humanidades de la Universidad de Mar del Plata, con ese olor rancio y a huevo podrido, mal iluminado y peor vendilado. Facultad de económicas: es tan baja la percepción de calidad que nuestros alumnos la ven "linda" a lado de lo miserable de humanidades. Esta tiene aulas superpobladas, si espacio vital para los alumnos, ni pasillos, ni ventilación, ni pausa entre clases.
En el medio de tanta pobreza mal administrada ¿Para qué sirve el ingreso irrestricto? Los docentes se llevan, como nunca, el mayor porcentaje del presupuesto universitario en sueldos. Es decir, nunca antes hubo tantos docentes para producir tan pocos profesionales en la calle. ¿ Es que nadie se da cuenta o es que es una forma encubierta de bajar la desocupación a partir de trabajos académicos espurios?
Cada día más cantidad de alumnos, los que pueden pagar, se van de las universidades públicas hacia las privadas, porque aunque resignan "chapa" en el título, tienen mayores certezas del tiempo de permanencia en la carrera hasta su momento de egreso. ¿Quién asume el costo de los alumnos que, habiendo pasaddo por la universidad pública, terminan acreditando sus saberes en una privada?
Otra estafa al bolsillo de los argentinos. Mientras nuestros muchachos estudiantes piden reducción de la tarifa de transporte, los sueldos que se llevan los ayudantes de cátedra, profesores titulares, adjuntos y auxiliares, supera con creces los ratios históricos. Jamás se invirtió tan mal y, todos ya lo sabemos, algo mal invertido es irrecuperable, es un gasto ¿o me equivoco, señores dirigentes de la universidad?