EDITORIAL | Autor: Lic. José Luis Dranuta | 14-07-2014
Tramposos y caraduras
Más allá del partido, la vergüenza de la FIFA
Una vez más, como en el noventa, nos metieron la mano en el bolsillo. Los periodistas argentinos que la van de ecuánimes dicen que en el noventa Alemania fue un justo ganador, pero que el penal fue ficticio ¿cómo se puede ser ganador justo haciendo trampa? La final de Brasil 2014 tuvo a un árbitro italiano que inclinó la cancha, cobró no menos de veinte fallos dudosos a favor de los teutones y omitió darnos un penal grande como una casa ¿Estaremos condenados para siempre a ser el blanco de las trampas?
El balón de oro para Messi después de la trampa de la final fue una burla. La banda de brasileros fracasados festejando luego de haber sido humillados en su propia casa, y luego de haber avanzado a las semifinales gracias a la trampa organizada, es el corolario de un mundial marcado por la trampa de los árbitros al amparo de la mafia de la FIFA.
El grupo de periodistas garcas de 678 haciendo una oda a Sabella por Nacional y Popular es tan absurdo como las críticas de Toti Pasman para Sabella y su grupo. Lo más sintético es que se perdió porque nos hicieron trampa, como en 1990, o en 1994, cuando sacaron a Diego del mundial por la ingesta de un producto que luego fue admitido. No se es un poco tramposo, así como que no se está un poco embarazado o es es un poco cornudo. Simplemente es la trampa, que como parte del juego, le gana al juego limpio. Disfruten tramposos organizados del mundo. Salud... y metánse la copa en el reverendo culo.