EDITORIAL | Autor: Lic. José Luis Dranuta | 05-08-2014
En zunga y a los tumbos
La matriz del baile de la silla
Cuando se detiene la música alguno se queda parado, y pierde la silla. Este juego, ahora polÃtico, tiene elementos comunes en la nación, la provincia y nuestra ciudad. La oposición de la nación se junta para remover a Boudou, Mariotto no se cansa de tirarle zancadillas a Scioli y, en Mar del Plata, el péguele a Vilma parece ser el nuevo deporte local.
Podemos comenzar a pelar esta cebolla de idea, pero al revés. Que quiere que le diga, pienso que no me da mucha tranquilidad que la presidenta del Honorable Concejo Deliberante tenga un carné de conducir turcho. Si en esas conductas pequeñas de demuestra la mala fe ni quiero pensar lo que se daría manejando una intendencia entera. Menos tranquilidad me da que Mariotto se haga cargo de la Provincia más grande de nuestro país, aunque sea por 15 minutos y, por último, que nuestro vicepresidente marplatense Amado Boudou siga siendo el presidente del Senado, después de todos los cargos en su contra, es como demasiado peso, para seguir festejando la alegría de ser un ciudadano común, cotidiano.
Entonces se me ocurre que todos, absolutamente todos, gobierno y oposición, están en una rosca en la que se pone en juego mucho dinero y que sólo cuando alguna de las partes ve amenzada su posición le tira con algo a la otra. Para la música, podríamos decir, y todos corren rápido a sentarse. El más boludo se queda parado. Al toque la música vuelve a sonar y todos siguen corriendo, con uno menos en carrera, y una silla menos también.