EDITORIAL | Autor: Lic. José Luis Dranuta | 13-08-2014
Asà funciona el mundo
La maquinaria no era tan precisa
Argentina en default técnico y nada de lo que anunciaron que dramáticamente iba a suceder, pasó. Cuando Thomas Griesa, dictaminó que la Argentina debÃa pagar todo y ahora a los fondos buitres, un relato de cómo funciona el mundo terminó de volverse papel mojado.
Incluso durante estos años donde las “recetas caseras” del kirchnerismo permitieron un raro crecimiento de la economía argentina con evolución favorable de todos los indicadores sociales (más allá de los métodos), esa imagen de un mundo exterior “normal” seguía incólume en el relato conservador, casi como un horizonte utópico al que alguna vez nuestro país llegaría para, ahí sí, realizar su grandeza siempre postergada. Cada vez que le dimos bola al FMI nos fue muy mal y cada quez que no pagamos (siete u ocho veces en la historia) la cosa no fue muy distinta.
Este péndulo nos ha transformado en un país no creíble dentro de un sistema que es menos creíble, en la apócrifa globalización, como teoría social de mercado. El cuento de las economías emergentes y del mundo desarrollado se está quedando sin argumentos. Es como lo que sucedió en el mundial 2014 cuando vimos a los "desarrollados holandeses" pegar o hacer trampa a la par de los "subdesarrollados uruguayos". El mundo está equiparado.
La cosa es que apareció Griesa, y aquel relato sobre el mundo quedó desprovisto de su arma más potente que lo hacía sobrevivir: dejó de ser creíble. La decisión de un juez de poner delante de los intereses del 92% de los tenedores de bonos argentinos a sólo un 1% que los compró a precio de remate, mostró sin medias tintas que esas “reglas” del mundo que desvivían a los gurúes locales solo existen en su imaginación de pequeña aldea. En mi barrio, cuando éramos chicos decíamos que si te van a romper el "quetegedi" que por lo menos te lleven al mejor hotel, te pongan perfume y te digan que te quieren.
La mente pequeñita de nuestros muchachos de ejecutivo nacional, combinada fatalmente con la mediocridad de los opositores, muestran la situación de cualquier forma, menos de la que realmente es: un grupo de gente de dinero peleando contra otro, por llevarse la mayor tajada a como de lugar.