EDITORIAL | Autor: Lic. José Luis Dranuta | 20-08-2014
En su pecho, la niñez de amor un templo...
Oda a Florencio Aldrey Iglesias
Don Florencio ya es busto. Poco le falta ya, tal vez mucho, para dejar este plano y pasar a la inmortalidad. Sin embargo, a nuestros legisladores, vaya a saber por qué motivo, se les ha dado por impulsar una ordenanza que le ponga su nombre al edificio de la vieja terminal. Será entonces el momento de explicarle a nuestras generaciones futuras quién fue este prócer, que a la par de Luro, Peralta Ramos o el mismÃsimo Padre Cardiel, ocupará el ideario de personalidades célebres de la ciudad.
Florencio Aldrey Iglesias es propietario del diario La Prensa y del multimedios La Capital, integrado por el matutino del mismo nombre de Mar del Plata; LU9 Radio Mar del Plata; LU6 Emisora Atlántica, AM 1620; y La Capital cable. Controla el NH City, la firma inmobiliaria Flai. S.A..Siempre estuvo vinculado a la dirigencia política argentina. En los 90 mantuvo excelentes relaciones con el ex presidente Carlos Menem y el entonces gobernador Eduardo Duhalde. El Balneario Edificio Casino también es controlado por él (el otro Él, pero local).
Tuvo un paso fallido por la empresa láctea El Amanecer y por otras empresas no rentables. Conoció a Daniel Scioli antes de que este abandonara el mundo del deporte para lanzarse al terreno político. De él Scioli dijo “Lo conozco desde hace más de 20 años, no solo como empresario sino como amigo, como padre de familia, que estuvo siempre, en las buenas y en las malas”, toda una definición.
A nivel local, la alianza de Pulti con Scioli en lo político se ha extendido en términos más que amplios. En todos estos años de gestión, el Diario La Capital, el cable y las radios de Iglesias han sido benévolos con el gobierno. Incluso viejos periodistas enemigos de él, que en otra época hasta le hicieron juicios, como el caso del camaleónico Adrián Freijo, hoy trabajan bajo su esfera en la AM 1620, a la sombra de "una manito política" para un tipo que cayó en desgracia en su vejez y no tiene otro medio para trabajar.
Como sea Don Florencio, a quien tengo el gusto de conocer solo formalmente en reuniones laborales, ha sido un empresario exitoso. "El Gallego" como le dicen los más cercanos, ha sido consecuente amigo de sus amigos y ha sabido compensar lealtades, según relatan en su círculo más próximo y también sus ex colaboradores. No es bueno hablar desde el resentimiento y, en todo caso, en lo personal puedo decir que los acuerdos que en su momento suscribí con alguna de sus empresas siempre fueron respetados. En todo caso cuando lo atacan desmesuradamente siempre habrá que mirar de parte de quién viene el ataque y qué persigue detrás. Ya sabemos que la objetividad pura no existe.
En esto de contarle a las generaciones futuras quién fue Don Florencio, junto con Antonio Toledo, los dos gallegos más célebres de la ciudad, preferiría evitar el relato. Aunque sabemos que en esta época política es lo único que tenemos para explicar lo inexplicable.